Este viernes se conmemoran el 52º aniversario del discurso "I have a dream" de Martin Luther King, que proporcionó el impulso definitivo a un movimiento de derechos civiles que aún dividía al país, pero también se convirtió en símbolo de la lucha por las libertades en todo el mundo.
"I have a dream" (Tengo un sueño), la histórica declaración que King pronunció en la "Marcha en Washington" en agosto de 1963, fue el empujón que hacía falta para materializar un cambio demandado durante meses, pero también despertó la incomprensión de buena parte de la población blanca, que no estaba preparada para el movimiento.
"Probablemente, a la mayoría de estadounidenses les llevó un tiempo aceptar el mensaje", dijo Glenn T. Eskew, experto en el movimiento de derechos civiles en la Universidad de Georgia.
Pero el discurso de King sí tuvo un impacto inmediato: "una solidificación del apoyo a la reforma de los derechos civiles en todo el país por parte de los liberales que querían ver esos cambios", según el profesor de Historia.
La "Marcha en Washington" del 28 de agosto de 1963 era el colofón de un "verano del descontento negro", en palabras de King, que había comenzado "con la violenta represión de manifestantes pacíficos en Birmingham (Alabama) tres meses antes", recordó Eskew.
Las más de 700 protestas que le siguieron infundieron en el país el temor a un movimiento violento. Una semana antes de la "Marcha en Washington", un 60 % de los estadounidenses se oponían a su celebración, y en septiembre de 1963, un 50 % del país opinaba en otra encuesta que el movimiento de derechos civiles iba demasiado rápido.
"En ese momento, la mayoría de los estadounidenses blancos vieron la 'Marcha en Washington' como un acontecimiento perturbador, incluso peligroso, que llegaba en medio de un nivel sin precedentes de conflicto racial", escribió Philip Klinkner, profesor de política en la Universidad de Hamilton (Nueva York), en el diario "USA Today".
El Gobierno de John F. Kennedy trató incluso de evitar que se convocara la Marcha, temeroso de que se convirtiera en un "revés" para la Ley de los Derechos Civiles que el presidente había presentado ese junio ante el Congreso, explicó Eskew.
Con todo, la poderosa imagen de King hablando de su sueño frente al monumento a Lincoln caló en los progresistas de todo el país y provocó que la mayoría blanca "comenzara a darse cuenta de que los negros ya no tolerarían el estatus quo", apunta Klinkner. EFE