El doctor Richard Levitan es un médico de urgencias de larga trayectoria en Littleton, Nuevo Hampshire. Además, es el presidente de Airway Cam Technologies, una empresa que da cursos de intubación y manejo de vías respiratorias.
El especialista brindó su testimonio al New York Times sobre lo que el llama "hipoxia silenciosa", una consecuencia letal del coronavirus que ataca sin que el enfermo lo note.
"La neumonía causada por el coronavirus ha tenido un impacto impresionante en el sistema hospitalario de la ciudad. Normalmente en una sala de emergencias hay una mezcla de pacientes con condiciones que van desde las graves, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y lesiones traumáticas, hasta las que no ponen en peligro la vida, como laceraciones menores, intoxicaciones, lesiones ortopédicas y migrañas. Sin embargo, durante mi reciente estancia en Bellevue, casi todos los pacientes de urgencias tenían neumonía por COVID-19. En la primera hora de mi primer turno, intubé a dos pacientes", cuenta en su relato.
Explica que incluso los pacientes sin problemas respiratorios tenían neumonía provocada por COVID-19. "Los pacientes a los que les sacamos tomografías porque se habían lesionado en caídas también presentaron neumonía por COVID-19. También hallamos que los pacientes ancianos que se habían desmayado por razones desconocidas y varios pacientes diabéticos tenían este tipo de neumonía", dice.
Sostiene que esto resulto sorpresivo para todos en la sala: estos pacientes no dijeron tener problemas respiratorios, aunque sus radiografías de tórax mostraron una neumonía difusa y sus niveles de oxígeno estaban por debajo de lo normal.
"Apenas estamos empezando a identificar que la neumonía por COVID-19 causa inicialmente una forma de privación de oxígeno que llamamos “hipoxia silenciosa”; se dice que es “silenciosa” debido a su naturaleza insidiosa y difícil de detectar", indica.
La neumonía es una infección de los pulmones en la que los alvéolos, o sacos de aire en los pulmones, se llenan de fluido o pus. Por lo general, los pacientes desarrollan molestias en el pecho, dolor al respirar y otros problemas respiratorios.
Sin embargo, cuando la neumonía por COVID-19 ataca por primera vez, los pacientes no sienten que les falta el aire, incluso cuando sus niveles de oxígeno caen.
Para cuando esto pasa, los niveles de oxígeno se encuentran alarmantemente bajos y una neumonía de moderada a grave (como se ve en las radiografías de tórax) ya está alojada en el cuerpo de la persona.
La saturación normal de oxígeno para la mayoría de las personas al nivel del mar es del 94 al 100 por ciento; los pacientes con neumonía por COVID-19 que atendí tenían saturaciones de oxígeno tan bajas que llegaban al 50 por ciento.
"Los pacientes que requieren intubación debido a la hipoxia aguda a menudo están inconscientes o utilizan todos los músculos que pueden para respirar. Están en una situación de extrema presión. Los casos de neumonía por COVID-19 son muy diferentes", explica Levitan.
"La hipoxia silenciosa que avanza rápidamente para convertirse en un fallo respiratorio explica los casos de pacientes de COVID-19 que mueren repentinamente después de no sentir falta de aliento. Parece que la mayoría de los pacientes de COVID-19 experimentan síntomas relativamente leves y superan la enfermedad en una o dos semanas sin tratamiento".
Hay una forma de identificar más pacientes que tienen neumonía por COVID-19 más pronto y tratarlos con más eficacia, y no requeriría esperar a una prueba de coronavirus en un hospital o consultorio, dice el doctor.
Se necesita la detección temprana de la hipoxia silenciosa a través de un dispositivo médico común que se puede comprar sin receta en la mayoría de las farmacias: un oxímetro de pulso o pulsioxímetro, aunque más frecuentemente se le llama solo oxímetro.
El oxímetro es igual de sencillo de usar que un termómetro. "Estos pequeños dispositivos se encienden con un botón y se colocan en la punta de un dedo. En unos segundos, muestran dos números: la saturación de oxígeno y la frecuencia del pulso. Los oxímetros son extremadamente confiables para detectar problemas de oxigenación y frecuencias cardíacas elevadas", concluye.