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Preeclampsia, pruebas que salvan vidas

Antes las infecciones eran la causa número uno de muertes materno infantiles en nuestro país. Los avances en técnicas de desinfección y el uso de tratamientos con antibióticos han logrado reducir este problema. Ahora la causa número uno de muerte materno fetal es la preeclampsia.

Esta poco conocida condición puede ser muy grave y potencialmente mortal, tanto para la madre como para el niño. En la madre puede afectar los vasos sanguíneos no sólo de la placenta, sino también del cerebro, hígado y riñones y, al producirse un inadecuado suministro de sangre a la placenta y por ende de nutrientes, el feto puede morir por malnutrición.

La preeclampsia afecta entre el dos al cinco por ciento de mujeres embarazadas en los países desarrollados, pero en la maternidad Isidro Ayora de Quito llega al 17 por ciento. Esta última cifra requiere ser analizada con mucho cuidado. Por un lado, existen varios estudios que indican que la altura de la zona donde vive la embarazada aumenta las probabilidades de desarrollar preeclampsia. Por otra parte, también hay que considerar que la maternidad Isidro Ayora, al ser un centro de referencia regional, recibe los casos de pacientes con esta condición de los sectores cercanos que son enviadas por falta de infraestructura especializada para tratarlas en sus zonas de origen, lo cual contribuye a aumentar la cifra.


Carolin Kienast, ginecóloga alemana.

DEMASIADO TARDE

Tradicionalmente, las mujeres y sus médicos se enteraban de que tenían preeclampsia cuando se manifestaban los síntomas: presión arterial elevada, hinchazón, dolores fuertes de cabeza, entre otros, pero en ese momento ya es difícil prevenir las graves consecuencias que pueden presentarse. “Lo importante es actuar antes de que se presenten los síntomas porque se considera que el 90 por ciento de las muertes por preeclampsia pueden ser evitadas si se procede a tiempo”, señala Carolin Kienast, ginecóloga alemana, quien realizó un estudio sobre preeclampsia en la Maternidad Isidro Ayora de Quito, junto a los doctores Walter Moya, Oswaldo Rodríguez, Alfredo Jijón y Annegret Geipel.

FACTORES DE RIESGO

Existen algunos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de tener preeclampsia: tener menos de 18 años o más de 36, ser obesa (un índice de masa corporal superior a 30), ya haber padecido preeclampsia o que la haya padecido un familiar cercano, que sea el primer embarazo, que sea un embarazo gemelar o múltiple, o tener enfermedades preexistentes como diabetes e hipertensión.

PRUEBAS INNOVADORAS

La doctora Kienast señala que si la paciente presenta uno o más de estos factores de riesgo, a partir de la semana 18 se debe realizar una ecografía doppler de la arteria uterina para detectar cualquier cambio patológico. Menciona también la importancia de realizarse una prueba de sangre que está disponible en el Ecuador y que permite conocer los valores de dos factores producidos en la placenta que son diferentes entre las mujeres con embarazos normales y las que tienen preeclampsia. Específicamente son: el factor de crecimiento placentario (PIGF) que en embarazadas con preeclampsia está más bajo que lo normal y la proteína fms soluble tipo tirosina quinasa 1 (sFlt-1) que en mujeres afectadas con la condición aparece elevada.


El eco doppler y dos pruebas de sangre a las 18 semanas de
embarazo, permiten saber si la paciente está en riesgo.

El estudio conducido en la Matenidad Isidro Ayora en 346 mujeres en el segundo trimestre de embarazo, muestra la eficacia de estas pruebas para determinar quienes tienen preeclampsia. De este modo, los especialistas pueden determinar cuáles son las pacientes que deben ser controladas con mayor rigurosidad y deben recibir el tratamiento idóneo para preservar la salud y la vida, tanto de la madre como del niño.

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