Alrededor de 45 mil soluciones habitaciones por año espera ejecutar el Gobierno a través de al menos seis modalidades de subvención o subsidio para mejoramiento o ampliación de vivienda, para construcción de vivienda nueva dirigida a la población más vulnerable y a la clase media, y para la entrega de títulos de propiedad.
El objetivo, afirma la subsecretaria de Vivienda, Fernanda Roldán, es alcanzar la meta que el presidente Daniel Noboa planteó el 24 de mayo, durante su reciente posesión: 200 mil soluciones hasta el 2029.
De ese gran total ofrecido por Noboa, unas 120 mil viviendas se prevé que sean construidas por el sector privado: unidades habitacionales nuevas que se califican, por su costo y características, como Vivienda de Interés Social (VIS) y Vivienda de Interés Público (VIP).
El programa VIS y VIP funciona desde hace cinco años y, gracias a un fondo o fideicomiso al que aportaron organismos multilaterales, ha permitido financiar a través de la banca privada la adquisición de casi 25.000 viviendas, a una tasa de interés subsidiada del 5%, con una entrada del 5% y a 25 años plazo.
Roldán dice que es difícil señalar un monto de inversión estatal previsto para este año, pues depende de “una determinación del número de atenciones de acuerdo al tipo de necesidad”. También de una planificación sujeta a techos y desembolsos presupuestarios; además del aporte de recursos de organismos multilaterales.
Según las cifras del INEC, a diciembre del 2024, hay en el país más de 2,2 millones de viviendas que requieren algún tipo de mejora para ofrecer condiciones adecuadas de vida; mientras se necesita construir más de 600 mil para cubrir el déficit de vivienda nueva.
En todo caso, dice la Subsecretaria, los montos y los techos para cada tipo de solución habitacional están ya definidos y en vigencia gracias a un acuerdo ministerial de febrero pasado; y sobre eso avanza la aprobación de estos beneficios:
Un elemento clave en todo este esquema es el subsidio directo que el Estado puede entregar a quienes desean adquirir una vivienda de hasta 47.940 dólares. Además de la tasa del 5% en el financiamiento, recibirían un bono que puede ir de 4.200 a 7.050 dólares.
El bono de hasta 7.050 dólares para la adquisición de vivienda nueva “apunta a un ‘sector sánduche’ que ha sido olvidado en el tiempo, que es muy importante y que está entre la vivienda regalada y la Vivienda de Interés Público (VIP); es el que queremos fortalecer”, explica la titular de la Subsecretaría de Vivienda.
Para acceder al bono, las personas pueden acercarse a las oficinas provinciales del Miduvi cumpliendo estos requisitos:
Según datos del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), entre noviembre del 2023 y junio de este año, el Gobierno de Noboa ha entregado 5.255 viviendas nuevas construidas sobre terreno urbanizado por el Estado; y 2.260 viviendas que se levantaron sobre el terreno del beneficiado. Todas, subsidiadas al cien por ciento por el Estado.
Desde el lado privado, en cambio, el promedio de viviendas VIS (Vivienda de Interés Social) y VIP (Vivienda de Interés Público (VIP) construidas ha llegado a las cinco mil anuales, según Henry Yandún, vocero de Constructores Positivos.
Si el Gobierno espera que el sector privado construya 120 mil viviendas en cuatro años, “esto significa unas 30 mil anuales: seis veces más de lo que hemos hecho en los últimos años”, dice Yandún. “Aunque es ambicioso, hay que hacerlo porque el déficit de viviendas en Ecuador es gigantesco”.
Sin embargo, advierte el vocero, faltan acciones para alcanzar el ritmo que necesita la ejecución de 45 mil soluciones por año. Y se refiere a dos cosas específicas: duplicar la oferta de créditos hipotecarios del BIESS a los mil millones de dólares por año y ‘rellenar’ el fondo o fideicomiso que permite subsidiar la tasa preferencial del 5% en vivienda VIS y VIP.
En el 2019, dicho fondo se alimentó de 530 millones de dólares que provinieron de organismos multilaterales; ahora, los constructores advierten que solo existen recursos para subsidiar la tasa de interés preferencial hasta finales de este año.
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“Todavía no está ‘refondeado’ el fideicomiso, pero no quiere decir que no habrá los recursos; el Ministerio está trabajando para hacer esa inyección de recursos que provendrán de los multilaterales” -Banco Mundial, BID, CAF-, afirma Fernanda Roldán.
Para Yandún, es un error no concretar el ‘refondeo’ o al menos hacer visible una carta de compromiso con los multilaterales.
“Cuando un constructor inicia un proyecto, tiene que prever que después de 18 meses va a poder venderlo; si no hay certeza de que en 18 meses habrá recursos en el fideicomiso, no puede arriesgarse porque, además, la banca tampoco le dará crédito si no está segura de que podrán venderse esas viviendas con tasa subsidiada”.
Mientras tanto, el sector destaca dos buenas noticias: el ingreso del Banco del Pacífico –propiedad del Estado- al grupo de instituciones financieras que ofrece crédito hipotecario, lo cual ha empujado la tasa de interés al 7,5%. Y un nivel de remesas que, enviadas desde los EEUU, llegará este año a unos 6.000 millones de dólares, y que podrían convertirse en un motor del desarrollo de vivienda en el país.