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Caso Vaca y otros: los roles de cinco exmilitares y un médico implicados en delitos de lesa humanidad

Los seis procesados habrían incurrido en detenciones ilegales, retenciones fuera de control judicial, interrogatorios coercitivos, entre otros delitos de lesa humanidad.

El juicio del denominado caso ‘Vaca y otros’, en el que se investiga presuntos crímenes de lesa humanidad por parte de la cúpula militar del Gobierno de León Febres Cordero, inició este miércoles cinco de noviembre del 2025 tras diez años de espera.

La Fiscalía busca condenar a seis personas, incluidos 5 militares (en servicio pasivo) de alto rango, quienes habrían ordenado o ejecutado torturas y otras agresiones contra tres integrantes del grupo guerrillero Alfaro Vive Carajo en 1985.

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La institución recuerda que entre las décadas de 1970 y 1980, Ecuador adoptó una serie de doctrinas como operaciones encubiertas, recopilación y archivo de información sobre civiles, detenciones clandestinas y técnicas de interrogatorio físico y psicológico.

Esto permitió realizar ataques planificados contra sectores identificados como disidencia política, estudiantil, sindical o militante. De hecho, las personas que pertenecían a esos grupos eran tratados como “enemigos internos”.

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$!Audiencia de juicio por presunta lesa humanidad.

LOS HECHOS

En ese contexto, el 10 de noviembre de 1985, Luis Alberto Vaca Jácome, Susana Valeria Cajas Lara y Francisco Javier Jarrín Sánchez, quienes pertenecían a Alfaro Vive Carajo, fueron detenidos por militares sin orden judicial en Esmeraldas.

En la madrugada del 11 de noviembre de 1985, las tres víctimas fueron trasladadas a un recinto militar de Conocoto, a las afueras de Quito, donde permanecieron en custodia de soldados.

Según la Fiscalía, las tres personas fueron sometidas en aquel lugar a interrogatorios violentos, torturas físicas y psicológicas, y tratos crueles, durante 16 días.

Además, la institución menciona que Luis Vaca permaneció desaparecido, fuera de toda protección judicial, durante aproximadamente dos años, bajo custodia de miembros de inteligencia militar. Finalmente, fue liberado en Ibarra.

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$!Alfaro Vive Carajo.

LOS IMPLICADOS

Son seis los implicados en los presuntos delitos de lesa humanidad, cinco de ellos han sido identificados como militares en servicio pasivo de alto rango y un médico.

De acuerdo al Ministerio Público, estos eran los roles de cada uno:

  • Luis Eduardo P. R. (Ministro de Defensa entre 1984 y 1986): le atribuyen responsabilidad a nivel político-militar sobre el sistema de inteligencia que ejecutó las detenciones ilegales de civiles, retenciones fuera de control judicial, interrogatorios coercitivos y suprimió toda intervención de la justicia ordinaria a las víctimas.
  • Manuel Marcelo D. A. (Director de Inteligencia del Ejército entre 1987 y 1988): acusado de ejecutar la dirección operativa de la información generada por las unidades de inteligencia del Ejército, como el Agrupamiento Escuela de Inteligencia Militar (AEIM) y Contrainteligencia Quito (CIQ), en las cuales se realizaban la retención prolongada y clandestina de personas sin orden judicial.
  • Juan Raúl V. V. (Comandante del AEIM entre 1984 y 1987): responsable de la custodia clandestina de las víctimas dentro del AEIM. Al parecer, conocía quién entraba, quién permanecía y qué trato se le daba.
  • Mario Ricardo A. W. (Comandante del AEIM entre 1987 y 1990): acusado por Fiscalía de continuar con la retención ilegal y prolongar la desaparición forzada de Luis Vaca, manteniéndolo fuera de toda supervisión judicial y disponiendo su manejo como “objeto de inteligencia”.
  • Nelson Bolívar E. G. (Jefe de la Unidad de Contrainteligencia Quito (CIQ), órgano operativo del AEIM): controlaba a personas identificadas como “objetivos de inteligencia”, en el manejo de accesos, traslados, “liberaciones condicionadas”, y en la ejecución práctica de órdenes de custodia e interrogatorio.
  • EL MÉDICO Y EL SUERO DE LA VERDAD

    Finalmente, el sexto implicado es Fernando Ignacio R. V., quien era médico del Agrupamiento Escuela de Inteligencia Militar (AEIM) entre 1984 y 1987.

    El Ministerio Público le atribuye responsabilidad directa dentro del esquema de interrogatorio y sometimiento físico y psicológico de personas detenidas clandestinamente.

    El sujeto habría ejecutado intervenciones dirigidas a quebrar la resistencia de las víctimas y conocía sobre el uso de sustancias aplicadas con ese fin como el denominado “suero de la verdad”.

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    ¿Qué es el suero de la verdad? Originalmente se llama pentotal sódico y es un medicamento que se utiliza como agente anestésico para procedimientos quirúrgicos.

    Básicamente, actúa deprimiendo el sistema nervioso central (SNC), lo que lleva a una disminución en la actividad neuronal y, por lo tanto, a la pérdida de conciencia.

    Además, puede causar una disminución significativa en la frecuencia respiratoria y el volumen tidal. También, puede provocar la caída en la presión arterial, reacciones alérgicas, náuseas, vómitos y dolor en el sitio de inyección.

    Le decían “suero de la verdad” porque se creía que puede aumentar la sugestionabilidad y disminuir la capacidad de mentir. Sin embargo, su eficacia y fiabilidad han sido ampliamente cuestionadas.

    De hecho, es considerado un método de tortura, que viola los derechos humanos y no es aceptado en múltiples partes del mundo.

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