En Ecuador, conducir un vehículo implica una gran responsabilidad y está regulado por la Ley de Tránsito. Esta norma establece distintos requisitos para obtener o renovar la licencia de conducir, los cuales varían según la edad del ciudadano.
La Agencia Nacional de Tránsito (ANT) exige que todos los conductores pasen una serie de evaluaciones para garantizar que estén en condiciones de manejar. Sin embargo, las exigencias se intensifican para las personas mayores de 65 años, quienes deben aprobar exámenes médicos, visuales, psicosensométricos, teóricos y prácticos cada vez que deseen renovar su licencia.
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El objetivo es asegurar que los conductores mantengan sus reflejos, visión y capacidades cognitivas en óptimo estado, reduciendo el riesgo de siniestros en las vías.
Por otro lado, quienes tienen entre 18 y 65 años y poseen licencias tipo A o B solo deben rendir pruebas teóricas y psicosensométricas, a menos que presenten algún problema de salud.
Aunque los controles son más rigurosos con el paso de los años, la normativa ecuatoriana no fija un límite de edad para conducir o renovar la licencia. Esto significa que una persona mayor puede seguir al volante, siempre y cuando supere satisfactoriamente los exámenes establecidos por la ANT.
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Si durante las evaluaciones se detectan problemas visuales, auditivos o psicológicos graves, el permiso de conducción puede ser negado o suspendido por seguridad.