Un juez decidió este viernes abrir juicio contra los integrantes de la red de lavado de dinero creada en Ecuador por el narcotraficante serbio Jezdimir Srdan, que presuntamente blanqueó al menos 1,7 millones de dólares, según informó la Fiscalía.
El magistrado dispuso que Srdan se siente en el banquillo de los acusados junto a Karem Nathaly A. H., Wilson Andrés M. F. y Alexandra Dominga F. O., mientras que sobreseyó la causa para Manuela G. M..
Asimismo, el juez ordenó la retención e inmovilización de cuentas de los acusados, la prohibición de enajenar bienes muebles e inmuebles, y ratificó la intervención de una camaronera en producción que Srdan creó aparentemente con el dinero de origen ilícito.
Los hechos se remontan al año 2013, cuando el serbio llegó a Ecuador procedente de España, y en 2015 fue condenado a 17 años y 4 meses de cárcel por narcotráfico, después de que se le encontraran 153 kilos de cocaína en su posesión.
Sin embargo, Srdan logró reducir su pena a diez años mediante una acción de garantías penitenciarias y recuperó su libertad en 2018, tras haber cumplido solo cuatro años de condena.
Al quedar libre, el ciudadano serbio constituyó una compañía junto con su conviviente y, desde 2020, habría recibido transferencias internacionales desde Alemania por un monto de 1,7 millones de dólares, los cuales invirtió en la adquisición de terrenos, maquinaria y la implementación de una camaronera.
"Mediante la creación de compañías y la compra de bienes en Guayaquil, (y en las provincias de) Santa Elena y Cuenca, habría movido el dinero recibido, dándole apariencia de legalidad", manifestó el Ministerio Público.
La investigación de la Fiscalía contó el apoyo de las autoridades alemanas, quienes remitieron información clave al hallar que entre 2020 y 2021 se habrían contaminado contenedores con droga destinados a Europa, principalmente Bélgica.
Al menos 1,3 toneladas de cocaína decomisadas en ese período estarían vinculadas a la red del serbio Srdan, de acuerdo al Ministerio Público.
La droga era traficada oculta en latas de atún, banano, calamares, entre otros productos, y se detectaron cargamentos en Amberes (Bélgica), Rotterdam (Países Bajos), Francia y Alemania.
También se identificó un contrato de inversión de una empresa alemana (RHB) por un valor de más de 1,7 millones de dólares, con supuestas rentabilidades del 3,5 % anual.