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Nacional

Caso Malvinas: ¿Qué impacto podría tener la versión del segundo testigo clave?

El segundo testigo clave no asistió a rendir su testimonio anticipado y hay incertidumbre sobre su paradero.

    
domingo, 19 enero 2025 - 22:44
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Fue un segundo testigo clave en el Caso Malvinas quien alertó que los cuerpos de Josué, Ismael, Nehemías y Steven estaban en el estero Chabelo, en Taura, lo que permitió a la Policía encontrarlos el 24 de diciembre pasado. Este testigo, de nombre Luigi V., rindió su versión preliminar en Fiscalía hace unas semanas y contó que los miembros de una banda criminal se llevaron a los chicos. No obstante, el pasado 16 de enero, no asistió a rendir su testimonio anticipado para dar más detalles.

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Para la defensa de los militares, la versión de este testigo es importante porque refuerza la teoría de que los uniformados soltaron a los chicos en Taura, y que no pueden ser juzgados por la desaparición de los menores de edad. Mientras que, para el abogado de las familias, este es un “testigo falso”. Pero, ¿quién es y en dónde está este segundo testigo clave?

En su única versión, Luigi V. relató que esa noche del 8 de diciembre estaba libando en un lugar de Taura, cuando vio que alias ‘Ofelio’, ‘Ruco’, ‘Dani’ y ‘Momo’ se habrían llevado a los “cuatro pelados” rumbo a un manglar. También nombró a un alias ‘Ñato’, pero este no ha sido identificado.

Alias ‘Dani’ habría manejado el bote para trasladar a las víctimas y un día después, el 9 de diciembre, alias ‘Momo’ habría dado la orden para que los cuerpos sean quemados.

El 16 de enero se esperaba que Luigi V. llegue a Fiscalía para profundizar su versión, pero no lo hizo. “La Fiscalía indicó en la audiencia con toda claridad que este señor se encontraba en el programa de protección de víctimas y testigos, pero que voluntariamente se había salido del programa y que desconoce el paradero”, apuntó el abogado Jesús López, quien es abogado de 14 de los 16 militares procesados.

Agregó que la versión del hombre sí puede ser fiable porque llevó al sitio exacto donde estaban los cuerpos, pero teme que desaparezca tras la presunta declaración del Ministerio Público.

Sin embargo, Abraham Aguirre, defensa de las familias de las víctimas, recalcó que en la audiencia la Fiscalía no dijo que el sujeto ha dejado de ser testigo protegido.

El jurista aseguró que “es un testigo falso”, ya que el mismo hombre dijo que estaba libando en el momento en que se llevaron a los niños. “Qué percepción podría tener un testigo si ha estado ingiriendo licor y si ha estado en un sitio no tan cercano”, apuntó el jurista. Además, subrayó que en la zona no había buena iluminación. En tal caso, recalcó que esa declaración preliminar no repercutirá en el proceso por desaparición forzada.

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$!En el Complejo Judicial Sur Valdivia de Guayaquil se tomaron los testimonios anticipados de dos testigos clave. El tercero no asistió a la diligencia.

NUEVOS DETALLES EN TESTIMONIOS ANTICIPADOS

En la audiencia del 16 de enero, a la que no asistió el segundo testigo clave, sí se presentaron nuevamente Luis Arroyo, padre de Ismael y Josué, y Luis T., a quien se considera el primer testigo clave, ya que fue quien prestó el celular a los chicos, en Taura, para que llamaran a su papá esa noche del 8 de diciembre.

No obstante, para Jesús López, defensa de los militares, hubo contradicciones. El jurista dijo que en la reciente diligencia se conoció que Arroyo no avisó directamente al ECU 911 sobre la ubicación de los menores, sino que “llamó a un familiar, de nombre Guacho, y le pidió que llame al ECU 911 para que envíen un patrullero”. Cuando la Policía arribó al sitio, las víctimas ya no estaban.

Tras enterarse de esto, Arroyo volvió a llamar a Luis T., quien “le respondió con insultos y le dijo: “Hasta yo tuve que salir corriendo a esconderme. ¿Corriendo a dónde si supuestamente estaba en la casa?”, cuestionó el abogado López. Y es que, en su versión preliminar, Luis T. manifestó que tras ayudar a los niños se quedó dentro de la vivienda.

Además, en la primera versión, el hombre dijo que halló a los menores frente a su casa alrededor de las 23:00 del 8 de diciembre, pero en la nueva pericia habría detallado que ocurrió a la 01:00 del siguiente día.

Además, Luis T. vio cuando un grupo de encapuchados, que se movilizaban en motos, “se acercaron a los menores”. “Ahí una de las personas de las motocicletas le dice que se meta, si no quiere tener problemas, él se mete y observa cuando les tiran al piso a los menores”.

¿Por qué no les permitió entrar a su casa hasta que lleguen los padres? Fue una de las consultas que se le hizo al hombre en su testimonio y él habría respondido que no lo hizo porque eran desconocidos y no estaban en riesgo”. Asimismo, sugirió a los menores que se escondieran en una cancha.

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$!Ingreso a la parroquia Taura.

¿DESAPARICIÓN FORZADA?

El abogado de las familias comentó que tras los testimonios anticipados “es innegable” que los militares cometieron el delito, pues recuerda que no garantizaron los principios básicos del debido proceso.

“Todo agente aprehensor debe facilitar una llamada a la persona aprehendida para que se contacte con un familiar o abogado de confianza, pero no fue así”, dijo el jurista. De igual manera, tenían que trasladarlos a la Policía.

Añadió que el agente que detiene se constituye en el garante de los derechos de la otra persona, pero al llevarlos varios kilómetros hasta Taura, “su rol no fue efectivo y eso provocó que los niños estén muertos”.

Por su parte, Jesús López, abogado de los uniformados, respondió que sus representados siempre aceptaron la detención de los menores y “nunca se negaron a dar información respecto del lugar donde los liberaron”. Por lo tanto, dice que no se configuraría la desaparición forzada y que los testimonios corroboran que fueron dejados con vida.

En cambio, Abraham Aguirre dijo que el hecho ocurrió el 8 de diciembre, pero recién se tuvo información clara el 20, producto de las investigaciones que hizo la Fiscalía.

“Si ellos realmente quisieron dar información desde el primer momento de haber aprehendido al niño y los tres adolescentes debieron haber llamado a los padres, es una garantía básica”.

Alrededor del asesinato de los cuatro niños hay dos investigaciones. Una por desaparición forzada y otra por secuestro con resultado de muerte. Este último proceso permanece reservado.

Lo próximo que se viene es la ampliación de versión de los 16 militares, la cual se llevará a cabo el 22 y 23 de enero en la cárcel de Latacunga, donde permanecen bajo prisión preventiva por presunta desaparición forzada. Mientras que la audiencia de reconstrucción de los hechos ocurrirá el 30 de enero, para ello los uniformados sí serán trasladados a Guayaquil.

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