Este 15 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Familia, ese grupo de personas unidas por un lazo afectivo y con un proyecto de vida en común.
Aunque básicamente se trata de un núcleo fraternal, la idea de familia está también envuelta por un rol religioso.
El Monseñor Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil, habla sobre ese concepto.
1. Para la Iglesia, ¿qué es la familia?
Es la expresión de un sacramento grande, el del matrimonio, que el Señor santificó y que eleva el orden natural de la familia a un orden cristiano y de salvación. Así, la familia se convierte en un camino de crecimiento de vida cristiana y de conquista de la santidad. Hablamos de una iglesia doméstica.
2. ¿Cómo son las familias de ahora?
Está el modelo de familia patriarcal que fácilmente se formaba en la cultura agrícola, con un sentido de tribu. También está la que se forma en los centros urbanos: hombre, mujer, e hijos. Y luego están las variaciones de esta, formadas por condiciones sociales, como el fenómeno migratorio que separa al marido de la mujer.
Aparte están todas las formaciones insuficientes de la familia, como las madres solteras y los hombres que son cabeza de hogar de más de una familia. Estos ya son fenómenos un poco degenerativos. Dentro de esta categoría entran también las 'uniones de hecho', que no tienen un mínimo de consistencia para sostener una verdadera relación conyugal, son una insuficencia de matrimonio.
Hay factores casi traumáticos en la formación de una familia, es por eso que el papa (Francisco) ha tomado a la familia como un objetivo de primera importancia para el esfuerzo pastoral. El año pasado convocó a un 'Sínodo' y este año se espera surgan iniciativas pastorales para ayudar en la salud de la familia.
3. ¿Qué hay de las familias no convencionales, como aquellas formadas por una pareja del mismo sexo?
Ellos parten de una concepción ideológica bastante insostenible, es la idea de que la diferenciación sexual es básicamente un fenómeno de roles sociales. Hemos nacido como lo que hemos nacido, con lo que Dios le dio a cada uno, entonces cada personalidad viene desde el comienzo marcada, femenino o masculino.
Hombre y mujer están hechos para complementarse y procrear, pero un hombre y otro hombre, o una mujer y otra mujer, evidentemente salen de ese esquema. Entonces, llamar familia a eso es una adulteración del nombre mismo. Puede ser una amistad, pero no es familia ni matrimonio.
4. ¿Cómo describe usted a la familia ecuatoriana?
Es una familia muy sufrida, casi la mitad no tiene un trabajo estable, y eso condiciona de muchas maneras. Luego hay tradiciones llamadas a ser superadas aquí en la Costa, como la unión de hecho; casi la mitad de los hogares están constituidas así.
Pero en término generales, en el Ecuador todavía los valores familiares son muy apreciados, existe un sentido de que la familia está en el horizonte espiritual de cada persona. La gente aquí aprecia lo que es tener un padre y una madre e hijos, lo consideran una bendición de Dios.