El ministro Coordinador de Sectores Estratégicos Rafael Poveda* analiza el nuevo circuito eléctrico donde “entregar energía de calidad en forma continua, garantizar un servicio de excelencia en los hogares, ha demandado inversiones muy fuertes”.
¿Para qué tantas hidroeléctricas?
Esto permite sustituir la generación termoeléctrica. Hasta ahora importamos diésel para producir electricidad. Coca Codo Sinclair (CCS) permite sobre todo eficiencia. Esta central tiene un costo aproximado de producción de 3,5 centavos el kilovatio hora. De esa forma evitamos el consumo de combustible: Esta primera etapa ya le permite al país ahorrarse 300 millones de dólares en combustible cada año. Cuando esté completa serán 600 millones. Sopladora, la otra hidroeléctrica que en pocas semanas será entregada representa también 200 millones anuales de ahorro.
¿Cuáles térmicas dejarían de operar?
Ese ya es un dato bien técnico. No tengo el dato exacto de cuáles son las que salen de operación primero. Este es un sistema de costeo y eficiencia energética y el Cenace es el que lo administra. El control se lo hace por horas. En las horas pico de 19h00 a 22h00 que es donde el país más energía demanda, ahí se prende toda la capacidad. En otras horas, las termoeléctricas se apagan y entran a producir solo las hídricas.
¿Adiós los estiajes?
Antes dependíamos de las condiciones climáticas. El año pasado, en agosto, Paute, la central hidroeléctrica más grande antes de CCS, estuvo apagada. Estuvo sin operar durante 12 días y el país no lo supo. Estábamos haciendo la sincronización con el proyecto Sopladora que usa las mismas aguas. Antes era impensable que la hidroeléctrica más grande del país salga de operación y que no haya un apagón. Eso se acabó.
Pero aún hay más hidroeléctricas hacia el Oriente que hacia la Costa.
Eso es importante. En este período construimos Manduriacu, Toachi-Pilatón –que será entregada este año y Minas-San Francisco que tiene un avance del 80 por ciento. Todas en la vertiente occidental. Entonces somos complementarios energéticamente. Y también hay complementariedad entre el sur y el norte del país. Todos son proyectos que estuvieron estudiados hace 20 o 30 años. La riqueza hídrica siempre estuvo ahí. Tenemos 21.900 megavatios más que podríamos construir. CCS es de solo 1.500. Río Santiago, en Morona, es un proyecto de tres mil megavatios al que estamos apuntando.
¿Qué hacer con tanta electricidad?
Tenemos que impulsar una nueva demanda, como las cocinas de inducción que incrementará la demanda en horas pico. La política de industrialización con las industrias básicas que están en fase de estudio. Las industrias de aluminio, cobre o siderúrgicas son grandes demandantes de electricidad. Otro gran demandante es la minería. El proyecto Mirador, por ejemplo, va a requerir unos 80 megavatios. La Refinería del Pacífico serán más de 250. Una planta de aluminio, requiere 900 megavatios, casi toda la capacidad de Paute. Esos son los grandes desafíos.
La pregunta del millón, ¿cuándo baja la planilla residencial?
Ese es un tema importante que amerita una reflexión. El Ecuador tiene la segunda tarifa más baja de Latinoamérica a nivel residencial, industrial y comercial. Paraguay tiene la más baja. Tenemos la Tarifa de la Dignidad que es subsidiada, es de cuatro centavos el kilovatio hora y que le entregamos a dos millones de familias de bajos recursos. Tenemos más de 41 mil clientes industriales y 21 mil comerciales que reciben subsidio. Cuando hubo la reducción de tarifas solo se atacó a un ocho por ciento de ese universo. Con la generación que está entrando, el costo para el Estado disminuye y esto nos permitirá mantener las tarifas.
Pero los residenciales pagamos nueve centavos, casi tres veces más de lo que cuesta el kilovatio producido por Coca Codo Sinclair.
A eso usted tiene que agregarle el costo de transmisión de la energía hacia los centros de consumo. Hay que añadirle el costo de distribución de las empresas eléctricas hacia los hogares, el costo de comercialización y de facturación. El costo de producción promedio país entre generación, transmisión y distribución está en unos 10 centavos por kilovatio hora. En países vecinos se pagan tarifas de 20 o 25 centavos. Entregar energía de calidad en forma continua, garantizar un servicio de excelencia en los hogares, ha demandado inversiones muy fuertes.
* Rafael Poveda Bonilla es doctor en Jurisprudencia de la Católica del Ecuador y ministro Coordinador de Sectores Estratégicos desde 2012. Tiene un masterado en Administración de Empresas en el IDE y se vinculó a este gobierno desde 2007, en el antiguo Fondo de Solidaridad, como asesor del ahora Vicepresidente de la República.