[¡Estamos en WhatsApp! 📲 Empieza a seguirnos ahora🚀]La alimentación saludable y la correcta hidratación previenen contagios. A partir de la pandemia por el COVID-19, se ha enfatizado en la importancia de fortalecer el organismo y mejorar las defensas del cuerpo. La nutricionista, Valeria Calderón, de Oriental Industria Alimenticia, resalta que la hidratación es fundamental para tener un cuerpo sano y que el agua alcalina es una muy buena fuente.
El agua alcalina es aquella que se le ha ionizado, de tal forma que su PH aumentó. Además, se la libera en mayor capacidad de cloro y antibióticos. De esta forma se garantiza un fortalecimiento continuo de las defensas, así como la mejora en los niveles celulares, corporales y orgánicos.
¿Qué otros beneficios ofrecen el agua alcalina?
1.- Eliminación de toxinas: “Cuando eliminamos toxinas se oxigenan mejor las células del cuerpo”, indica Calderón. Esto contribuye a la prevención de una serie de afecciones como el estreñimiento, las neuralgias, los problemas estomacales, etc. También ayudará a mantener bajo control el nivel de colesterol en la sangre.
2.- Fortalecimiento del sistema inmunológico: Esto va ligado al punto anterior, referente a la eliminación de toxinas. Al hacerlo, se elevan las defensas y contribuye a evitar cualquier infección o enfermedad, independientemente de la parte del cuerpo en la cual pueda generarse.
3.- Reducción de la fatiga: Entre las propiedades del agua alcalina sobresale la reducción de cansancio e, incluso, dolores luego de entrenamiento. Por tal razón, los deportistas consumen este tipo de líquido. “En estos momentos, en los que la rutina y el encierro podría hacernos sentir decaídos, el agua alcalina es una excelente opción para mantenernos arriba”, indica la nutricionista.
4.- Excelente antioxidante: Otra propiedad muy destacada es su poder de antioxidante. Esto combate enfermedades gastrointestinales porque regula el nivel de acidez en el organismo, así como también contribuye a las personas que padecen reflujos ácidos. Del mismo modo, detiene el envejecimiento prematuro de órganos externos, como la piel, e internos, como el hígado.
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