Washington.- Cientos de personas marcharon en Washington por la libertad y la igualdad , con motivo del Día de Martin Luther King, líder de los derechos civiles en Estados Unidos, en un año marcado por el resurgimiento del activismo contra el racismo.
"Ha sido un año de resurgimiento en la lucha contra el racismo en todo el país", explicó a Efe el activista Eugene Puryear, de la coalición Answer, donde se encuentra el popular movimiento Black Lives Matters ("Las vidas de los negros importan").
El tercer lunes de enero, Estados Unidos conmemora desde hace tres décadas el nacimiento del reverendo Martin Luther King Junior, que este 15 de enero hubiera cumplido 87 años de no haber sido asesinado el fatídico 4 de abril de 1968.
"Estamos aquí para decir que el verdadero legado de Martin Luther King es el de la lucha contra la pobreza, el racismo, el militarismo y la guerra. Hay mucha gente que trata de llevar su legado hacia otros propósitos", reivindicó Puryear.
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A pesar de que Washington amaneció a diez grados bajo cero, cerca de 500 personas y 50 organizaciones se manifestaron en Washington según señaló a Efe el comité de MLK Holiday DC.
La marcha recorrió la avenida de Martin Luther King Junior, a las afueras de la capital, en el barrio de Anacostia, donde se concentra la mayor parte de población negra de la ciudad.
Desde las 9 de la mañana (14.00 GMT), el United Black Fund, organización sin ánimo de lucro que trabaja por la mejora de las condiciones de vida de los negros en el área del Distrito de Columbia (DC), trataba de mantener el calor de los congregados con discursos por la libertad y la igualdad, alternados con canciones y café caliente.
El resurgimiento de la lucha contra el racismo, del que Puryear se enorgullece, se debe a la extensión de "Black Lives Matter" que, según explica, ahora va "más allá de negros y latinos" y también llega "a la clase trabajadora blanca".
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"El mismo MLK trató de movilizarlos a todos ellos al final de su vida, y ahora están empezando a tomar forma en la vida política, así que su legado está siendo honrado una vez más en las calles", añadió el activista.
Puryear se convirtió en referente del activismo en el área de DC a raíz de que organizara las multitudinarias marchas en contra de la guerra de Iraq y de Afganistán desde 2003, cuando cientos de miles de personas salieron a las calles.
Como en 1969, hoy cientos de personas recorrieron las calles de Washington, ciudad donde se celebraron las primeras marchas para pedir un día nacional Martin Luther King, que aprobó en 1983 el presidente Ronald Reagan.
Para Puryear, que Washington se vuelque una vez más este año en las calles "es una mezcla de tres factores: la tradición de DC luchando por estas causas, honrar a MLK en el día de su cumpleaños y este nuevo movimiento que está naciendo".
La caminata pacífica, que se celebra desde hace una década, culminó con un programa cultural y música en vivo que busca ser atractivo para familias.
"Caminamos juntos, sin importar de qué raza o de qué nacionalidad eres. Todos caminamos juntos y trabajamos para la comunidad, para asegurarnos de que nuestras familias y nuestros vecinos tengan una mejor vida", enfatizó Flava, del comité organizador MLK Holiday DC.
Los guardias costeros de la marina de Estados Unidos no fueron una excepción, y una delegación del departamento de interior se personó en uniforme.
"Para nosotros es una manera de mostrar que somos parte de la comunidad", explicó a Efe el teniente comandante Jonathan Schafler.
Con 430 empleados en el Distrito de Columbia, y una inversión de 1.200 dólares al mes, los guardias costeros participan en acciones para la comunidad como la construcción de refugios y albergues.
El Día de Martin Luther King también ha marcado la agenda del presidente de EE.UU., Barack Obama, y el de su esposa, Michelle, que acudieron a una escuela de primaria para participar en un proyecto de servicios comunitarios.
Ambos, junto con miembros de AmeriCorps y estudiantes voluntarios, plantaron semillas y donaron libros para los más necesitados, en la escuela primaria de Leckie, en Washington. EFE