“Como te ven, te tratan” es una frase muy usada para incentivar el cuidado de la apariencia como forma de obtener ventajas en las relaciones interpersonales. ¿Demasiado superficial? Tal vez. Sin embargo, algunos investigadores que se plantearon el desafío de estudiar la relación entre la apariencia de las personas y el éxito que alcanzan, llegaron a conclusiones que no estarían muy alejadas de la frase de inicio de este párrafo. La discriminación se ha estudiado desde diferentes aspectos: racial, por orientación sexual, por nacionalidad, por ideología.
Daniel S. Hamermesh, economista e investigador de la Universidad de Texas y del Buró Nacional de Investigaciones Económicas de los Estados Unidos, decidió realizar el primer estudio económico sistematizado sobre la discriminación en el mercado laboral hacia “los feos” y lo contrario: el posible favoritismo hacia “los guapos”, como lo explica en la introducción de su estudio “Belleza y el mercado laboral”, basado en datos recolectados en Estados Unidos y Canadá.
Uno de los hallazgos del estudio podría sorprenderle: parece que la falta de atractivo físico castiga más a los hombres que a las mujeres en el ámbito laboral, aunque la diferencia no es muy grande entre ambos sexos. Los hombres que son vistos como “bajo el promedio” de guapura reciben alrededor de un 10 por ciento menos de remuneración que la media. En cambio, los que son calificados como “sobre el estándar” o definitivamente guapos, reciben un cinco por ciento más de remuneración que la media.
Las mujeres consideradas poco atractivas reciben alrededor de un cinco por ciento menos de remuneración que la media y las que son calificadas como atractivas, reciben un cuatro por ciento más que la media. El investigador señala que el estudio muestra que la apariencia sí tiene un efecto en los ingresos en ambos géneros. Agrega que los factores que más podrían influir para que esto suceda estarían principalmente relacionados con las selecciones y ascensos que hacen los empleadores basados en su discriminación personal sobre lo que es atractivo y en las preferencias de los consumidores o clientes, las cuales tienen una repercusión tanto en el desarrollo profesional de una persona como en los ingresos de la compañía.
Hamermesh, quien ha venido estudiando el tema de los años 90, señala otro hallazgo interesante: que las personas consideradas más atractivas tienden a ubicarse en áreas laborales donde el look tiene más influencia en su desempeño, pero aclara que el estudio deja claro que el impacto de la apariencia en la remuneración se aplica a todo tipo de ocupaciones.
Sostiene que para él siempre resultó obvio que había una relación favorable entre el atractivo físico y una mejor remuneración, partía de una simple reflexión: si no fuera así, cómo se podrían explicar todas las horas que pasan hombres y mujeres acicalándose antes de salir al trabajo y todo el dinero que invierten en ropa y otros productos destinados a “verse mejor”. Es claro que hoy en día, lograr encajar (unos mejor que otros) dentro de los patrones de belleza vigentes no es tarea muy difícil si se tienen los recursos económicos para utilizar lo que ofrece la megaindustria de la imagen.
Al consultar sobre el tema a Daniella Andretta, gerenta general de la empresa consultora de Recursos Humanos Korn Ferry, menciona que efectivamente muchos estudios han comprobado que la imagen tiene una relación directa con el nivel de aceptación y el trato que se recibe de los demás, y agrega otro detalle: “En Estados Unidos se ha comprobado que a las personas con sobrepeso les resulta más difícil conseguir empleo, promociones o aumentos salariales. Esto desgraciadamente ocurre y tiene que ver con los estereotipos, prejuicios o sesgos inconscientes que podemos tener las personas… estas creencias inconscientes van a definir la interacción que tenemos con personas con ciertas características. No debería ser así, pero los estereotipos que tenemos arraigados, los prejuicios y los sesgos muchas veces lideran nuestras interacciones e intenciones. Pese a lo dicho, en lo personal, creo que lo que más podría ser considerado como generador de valor es el impacto de la presencia sobrepasando la estética física”, concluye.
El escritor Malcolm Gladwell ha abordado el tema de los prejuicios y las respuestas inconscientes a ellos. En su obra “Blink” expone de manera clara e incluso a través de una experiencia propia la forma en que los estereotipos pueden llevarnos a tomar decisiones equivocadas y luego podemos lamentarnos. Conocimiento es poder. Conocer que el inconsciente impulsa a actuar de determinado modo frente a las personas y su apariencia, debería promover una reflexión general que lleve a pequeñas reflexiones en lo cotidiano para que una vez que el inconsciente emita sus señales, se consulte con la razón.
Está claro que existen muchos factores involucrados en el éxito, quizás bastará con dar una mirada a su entorno laboral para darse cuenta que los parámetros de belleza establecidos no siempre llevan al peldaño más alto, o a los íconos de éxito mundial para saber que el “look” facilita ciertas cosas pero se necesita más, mucho más.