La barbarie budista: escondían 40 cachorros de tigre en su congelador
40 cachorros de tigre han sido encontrados muertos en un templo budista tailandés, que está siendo investigado por maltrato y tráfico de animales. La policía ya está sacando a los animales vivos del lugar.
El lugar, ubicado en Kanchanaburi, es un popular paraje turístico, donde los visitantes pueden sacarse fotos con los felinos y ayudar en sus rutinas diarias, pero de momento permanece cerrado al público. Durante años los activistas han sospechado que los monjes drogaban a los animales y se dedicaban al contrabando, ahora estas sospechas cobran más fuerza.
Regentado por monjes budistas que presumían de tener a estos grandes felinos en una mansedumbre espiritual lograda con años de adiestramiento, el templo había sido denunciado en numerosas ocasiones por supuesto dopaje, maltrato y tráfico de animales.
El templo mantenía a los felinos, los cuales permanecen en actitudes mansas, lo vendían como una convivencia armoniosa entre humanos y animales, pero resulto ser un turbio negocio donde lo que menos importaba eran los animales.
Desde 2001, los monjes mantienen una intensa batalla con las autoridades, que alarmadas por las repetitivas denuncias han querido intervenir y confiscar a los animales. Esta vez, las autoridades han ganado la lucha y el pasado lunes lograron entrar con un grupo de activistas en el templo para confiscar a los tigres.
Una vez dentro del santuario, descubrieron los cadáveres de los cachorros congelados, un oso muerto y varios cuernos de animales. Los cadáveres se escondían en un congelador donde los monjes guardaban la comida de los tigres.
Se presume que los cachorros han sido congelados para poder venderlos como ingrediente en la producción de pegamento.
Edwin Wiek, jefe de la Fundación Amigos de la Fauna de Tailandia, las evidencias encontradas solo demuestra que que el templo se ha dedicado durante años a la reproducción y al contrabando ilegal de animales.
"Estos animales fueron criados y escondidos. Creo que se almacenaron para ser vendidos por piezas en el mercado negro", asegura Wiek.
Los monjes, que desde 1994 llevan recaudando dinero gracias a su atracción turística, no han explicado cuándo comenzaron a congelar a los cachorros y también han negado que vendieran crías.
Por el momento, las autoridades han clausurado el templo y están sacando a los 137 tigres vivos que este albergaba.