Miembro de una secta asesinó a su bebé porque lo consideraban el ‘Anticristo’
Natalia Guerra Jequie, una mujer chilena acusada de parricida (matar a su hijo), fue puesta en libertad condicional por la justicia después de que confirmaran que una secta asesinó a su bebé recién nacido en 20212, por considerarlo ‘el anticristo’.
La mujer fue vinculada al caso tras saber que pertenecía a una agrupación que se hacía llamar “la Secta de Colliguay”, cuyo líder era un hombre al que sus seguidores llamaban “Antares de la Luz”. En 2019, Natalia fue detenida en un terreno a las afueras de Santiago, tras haber permanecido prófuga desde 2017, año en el que la condenaron. De acuerdo con la información recogida por el medio Infobae, esto no fue impedimento para que la mujer siguiera ligada a la secta.
Tras su detención fue imputada por el asesinato de su bebé y condenada a cinco años de prisión, que cumplió en un centro penitenciario femenino en la comuna de San Joaquín, ubicada en Santiago. El pasado martes 18 de mayo se le dictó libertad condicional y a partir de ese momento debe realizar un control reglamentario en el Centro de Apoyo para la Reinserción Social de Puente Alto.
EL CASO MACABRO
En 2009, Ramón Castillo Gaete conformó la secta en la localidad de Colliguay, en la Quinta Región. Antes de iniciar el grupo, Castillo había sido un músico reconocido en la comuna. En 2007 se fue de gira a China con su banda “Amaru”, hecho tras el cual empezó un cambio radical de su personalidad y se interesó por la medicina oriental. Además, empezó a hacerse llamar “Antares de la luz”.
Antares tenía un carácter “fuerte pero encantador” y tenía el poder “de hacer que la gente creyera en él”. En el 2008 conoció a Natalia y otros seguidores que rápidamente lo reconocieron como “líder espiritual”. De acuerdo con las investigaciones de la policía, el grupo empezó a realizar sesiones en las que hacían “viajes introspectivos usando ayahuasca”, un poderoso alucinógeno que distorsiona la vista y la audición.
Las autoridades confirmaron que todos los seguidores de Antares eran adultos jóvenes, profesionales, bien parecidos, solitarios e inmersos en algunas situaciones de disfuncionalidad familiar. El objetivo del líder era usar a sus seguidores como “herramientas”, se acercaba a ellos y lograba que se desprendieran de su entorno, usando sus propias debilidades. Por ejemplo, antes de tomar la droga, les indicaba a sus discípulos que sus mascotas eran malignas y debían ser eliminadas.
“Les dijo que gatos y perros eran malignos... Así que mataron a sus animales degollándolos”, señalan fuentes de la indagatoria.
Después Antares les dijo a sus seguidores que se separen de sus parejas y ellos lo hicieron. Natalia era enamorada de Pablo Undurraga, otro integrante de la secta y terminaron su relación por lo que dijo su líder. Tras ello, Castillo inició una relación de carácter sexual con Natalia y las demás mujeres de la secta. No contento con ello, Castillo Gaete pidió ser mantenido por los seguidores.
Infoabe indicó que los informes del 2013 evidencian que los integrantes habrían arrendado propiedades para su líder, le facilitaban vehículos y pedían préstamos para entregarle dinero. Si alguno de ellos hacía algo que él consideraba malo, lo castigaba: obligaba que sus discípulos que se desnudaran y les propinaba 45 golpes. Si lloraban, les daba 3 golpes más.
EL ANTICRISTO
Pese a que Antares seguía manteniendo relaciones sexuales con sus seguidoras, les advirtió que él era muy parecido a Dios y que, si alguna de ellas quedaba embarazada, el niño tendría que ser sacrificado. Cuando se enteró que Natalia estaba embarazada, habría dicho “Puede que sea Lucifer, ahora lo voy a atrapar”. Ordenó a la mujer que el bebé debía nacer de manera natural y sin ninguna asistencia. El 21 de noviembre de 2012 nació el hijo de Natalia en un centro asistencial privado y dos días después fue extraído del lugar.
A las 23 horas del 23 de noviembre de 2012 la secta se reunió para sacrificar al recién nacido. “Tenían un lugar donde se descargaban de las vibras negativas. Una especie de carpa iglú con el techo abierto y un forado en el piso, donde ponían piedras calientes... Con el vapor se purificaban”, indicó una fuente que participó de la investigación.
Sobre ese agujero colocaron al bebé, le taparon la boca con una cinta adhesiva para que nadie escuchara sus llantos y, entre lágrimas, los seguidores removieron la tabla y la guagua viva cayó sobre las piedras. “Pese a que tenía la boca tapada, el grito fue desgarrador”, dijo un investigador. Los restos del menor fueron desmembrados.
JUSTICIA
Antares cayó el 21 de diciembre del 2012, día que aseguraba que acabaría el mundo. Como efectivamente no sucedió, algunos seguidores se separaron del grupo. El hombre viajó a Perú para buscar más droga y estando allá se enteró de que la hermana de uno de los integrantes había denunciado a la secta y se había abierto una investigación en su contra.
El 1 de mayo de 2013, el subprefecto de la Policía de Investigaciones (PDI), Pedro Cuevas, comunicó que Ramón Castillo Gaete, más conocido como “Antares de la Luz”, había sido encontrado muerto, colgando por el cuello al interior de una casa en la localidad de Cuzco, Perú.
Aparentemente una de las últimas órdenes que le dio a sus seguidores antes de morir fue “Sé que todo se sabe, así que háganse los locos”.
