Los personajes sobre los que cayó el peso de la justicia en 2021
GHISLAINE MAXWELL
El juicio duró alrededor de seis semanas. Ghislaine Maxwell, la socialité británica, íntima amiga de Jeffrey Epstein, fue declarada culpable por tráfico de menores para satisfacer el incontrolable deseo de su pareja.
Epstein, quien se convirtió en multimillonario por asesorar en inversiones a personas poderosas, tenía un lado sórdido. Era un adicto al sexo y necesitaba de niñas adolescentes. Maxwell le proveía esas pequeñas. Las reclutaba personalmente, las entrenaba para dar masajes, que incluían sexo y a cambio les deba dinero para que continúen comprando drogas.
Las víctimas, hoy mujeres adultas han relatado en el juicio sus trágicas y devastadoras experiencias. No solo eran ofrecidas a Epstein, sino a otros amigos entre ellos el príncipe Andrés de Inglaterra. En todos los detalles aparece la mano tenebrosa de Maxwell, quien no ha aceptado su culpa. Epstein se suicidó en prisión.
JACOB CHANSLEY
El rostro más visible del asalto al Capitolio, la sede del Congreso de Estados Unidos fue el de Jacob Chansley, dirigente del grupo QAnon. Sin camisa y utilizando una piel de animal y un sombrero de cuernos irrumpió en el salón principal.
Por haber participado en la revuelta podía recibir una condena máxima por 20 años. Al final se declaró culpable y los fiscales pidieron una condena de 51 meses, pero se le sentenció a 41.
EMMA CORONEL
La esposa del más célebre narco de este siglo, “El Chapo” Guzmán, fue sentenciada a tres años de cárcel por tráfico de drogas y lavado de dinero.
El juez determinó una pena menor, porque consideró dos factores: ella apenas tenía 17 años cuando conoció al “Chapo” y se convirtió en su tercera esposa cuando él tenía 51 años. El otro factor fue que Emma Coronel, quien es norteamericana de origen mexicano, aceptó su culpa.
“El Chapo” morirá en una prisión de máxima seguridad al ser condenado a cadena perpetua en 2019.
ALEX SAAB
Su ascenso en los negocios corruptos del régimen venezolano del Socialismo del Siglo XXI fue vertiginoso. En una década de vender artículos promocionales para empresas se convirtió en el principal proveedor del régimen, asociado con un narcotraficante.
Estaba en la lista de Interpol con código rojo por lavado de dinero y corrupción por pedido de Estados Unidos. Cuando se abastecía de gasolina, en su avión privado en la isla de Cabo Verde se lo detuvo y fue extraditado tras un largo proceso judicial a Estados Unidos, donde se lo juzgará a partir de enero.
