Internacional

La siniestra historia detrás del asesino de la influencer Bianca Devins

La noticia conmocionó no solo al pequeño pueblo de Útica en Estados Unidos, donde Bianca Devins vivía, sino a una gran comunidad internacional en la web. Su novio de dos meses, Brandom Clark, la degolló y subió la imagen a Instagram con el mensaje "Lo siento mamones, tendrán que encontrar a otra persona a la que orbitar", y con un “Lo siento Bianca” escrito sobre su brazo salpicado de sangre. 
 
Todo sucedió el 14 de julio de este año, cuando la Policía empezó a recibir llamadas de personas que aseguraban haber visto en Instagram y otras redes sociales imágenes de un joven cubierto de sangre, quien habría decapitado a una muchacha y estaba circulando por la ciudad en un auto, mientras retransmitía todo en directo. Brandon de 21 años también llamó a la Policía, anunciando que había asesinado a Bianca Devins y que se iba a suicidar. 
 
 
La llamada condujo a la Policía hacia el sospechoso, a quien encontraron sentado en el suelo, apoyando contra un auto, con un teléfono celular en la mano y un cuchillo en la otra. Apenas vio a los agentes, el muchacho empezó a apuñalarse en el cuello. Luego se levantó y levantó una lona verde que cubría el cuerpo de Bianca, enseguida se puso a grabar un confuso video en el que aparecían los dos cubiertos de sangre. Antes de que pudiera subir el video a redes sociales, los policías lo redujeron. 
 
Una investigación de Diario el Mundo explica lo que sucedió detrás de este atroz femicidio, empezando por la referencia de Clark sobre conseguir “otra persona a la que orbitar”. Se refiere a los llamados ‘beta orbiter’, jóvenes antisociales, tímidos, inseguros y que pagan para ver fotos de sus instagramers preferidas. Él era uno de ellos. 
 
La comunidad en la que Bianca de 17 años estaba inmersa era de gamers, en donde existen varios ‘beta orbiters’. En Instagram impresionaba con sus creativas fotografías, pero decidió pasar a la red social conocida como Discord, en la que los usuarios pueden obtener dinero extra de sus seguidores a cambio de contenidos exclusivos, ya sea jugar videojuegos en privado con ellos, o hasta el envío de fotografías íntimas y de contenido sexual.  
 
 
A través de estas redes sociales como Clark consiguió acercarse a Bianca y enamorarla, para luego asesinarla y compartir en esa misma comunidad, una serie de fotografías y videos enfermizos con mensajes como: “Lo siento, mamones, tendréis que encontrar a otra persona a la que orbitar”. A continuación, una descarga de mensajes inconexos: “Mi puto coche”, “Me he tirado a la estúpida de Bianca”, “Recuerden suscribirse a Pewdiepie” (un famoso youtuber), “También al puto maricón Alex con nombre de usuario chino” y los dos últimos, mas estremecedores: “Espero que haya valido la pena. Ella se iba a ir a casa hoy”.
 
Además de la violencia machista expuesta en este terrible asesinato, hay otro componente poco conocido y relacionado a la atención en redes sociales, hacia ese extraño fenómeno en el que varios jóvenes se vuelven esclavos de una imagen irreal fomentada por las redes, y en el que cualquier cosa puede funcionar para obtener likes o vistas en sus cuentas.  
 

Más leídas
 
Lo más reciente