Decenas de miles de "chalecos amarillos" manifestaron este sábado en París y otras ciudades de Francia contra la política del gobierno de Emmanuel Macron, en una nueva jornada de movilización nacional que se desarrolló en la calma, salvo algunas escaramuzas, en medio de un fuerte dispositivo policial.
Hacia las 14H00, hora local, se contabilizaron 32.000 manifestantes en toda Francia, incluyendo 8.000 en París, según cifras del ministerio del Interior, que muestran una alza en la participación en relación a la semana pasada a la misma hora (26.000).
"Hemos recobrado fuerza desde hace una semana y vamos a seguir", aseguró Thibault Devienne, un "chaleco amarillo" de 23 años.
En París, los manifestantes marcharon al grito de "¡Macron dimisión!" desde el ministerio de Finanzas hasta el Arco del Triunfo, en uno de los extremos de la célebre avenida de los Campos Elíseos, donde las fuerzas de seguridad establecieron un impresionante perímetro de seguridad con calles y varias estaciones de metro cerradas.
Tras una mañana sin incidentes, se registraron enfrentamientos a primeras horas de la tarde cerca del Arco del Triunfo. Manifestantes lanzaron fumígenos y piedras contra los gendarmes, que respondieron con disparos de gas lacrimógeno y cañones de agua.
Unos 5.000 policías antidisturbios están movilizados en la capital, donde un centenar de personas han sido detenidas desde la mañana, entre las cuales 74 fueron puestas bajo custodia en comisarías.
- 'No queremos migajas' -
Miles de manifestantes desfilaban también en otras ciudades de Francia, como Bourges, una ciudad del centro del país donde más de 6.000 "chalecos amarillos" se dieron cita. "Queremos demostrar nuestra unidad en el corazón de Francia", explicó Priscillia Ludosky, una figura de este colectivo que congrega a franceses de clase media y baja.
"Esperamos medidas concretas, los anuncios de Macron son migajas que pagan los contribuyentes. Nos pide hacer esfuerzos, pero son ellos los que deben hacerlos, hay tantos abusos y privilegios entre los políticos", denunció Carole Rigobert, una mujer de 59 años acompañada por su marido.
El presidente Emmanuel Macron había desatado horas antes una nueva polémica al declarar que "los problemas por los que atraviesa nuestra sociedad se deben a veces a que demasiados de nuestros conciudadanos piensan que podemos conseguir" algo "sin esfuerzo".
El movimiento de los "chalecos amarillos", llamados así porque usan esa prenda para salir a protestar, empezó como una manifestación contra el alza del precio de los combustibles, pero ha derivado en una revuelta contra las políticas del gobierno de Macron.
Para intentar calmar los ánimos, el mandatario ha anunciado una serie de medidas, valoradas en 10.000 millones de euros, para aumentar el poder adquisitivo y reducir la presión fiscal, que incluye el aumento en 100 euros del salario mínimo. Pero esto no ha impedido que la movilización continúe.
Desde el inicio de las manifestaciones 10 personas han muerto en accidentes relacionados con las protestas y más de 1.600 han resultado heridas.