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Fomentando negocios propios

sábado, 2 abril 2016 - 11:49
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Emprender un negocio puede resultar una muy buena forma de crecer tanto económica como personalmente. En el país son cada vez más quienes se aventuran a convertirse en sus propios jefes.

De acuerdo al Informe GEM (Global Entreprenuership Monitor) 2014, uno de cada tres adultos entre los 18 y 64 años son emprendedores nacientes, propietarios o gerentes de un nuevo negocio, una tendencia que ubica al Ecuador –con un 32,6 por ciento– como el líder en Latinoamérica con mayor actividad emprendedora temprana (TEA).

Y es que una idea con gran valor agregado, es casi siempre el inicio de un negocio exitoso. Pero para que esto se dé, se necesita que cada oportunidad sea evaluada bajo criterios de perdurabilidad, oportunidad y atractivo, destaca el director de la Carrera de Emprendedores de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ángel Castro.

Es decir, los productos o servicios deben pensarse con una vida útil lo suficientemente larga para que permita su explotación y obtención de beneficios económicos y/o sociales. Asimismo, sus características deben resolver los problemas de los clientes y ser atractivas para el mercado, los inversionistas y los proveedores.


El emprendimiento arranca con la creatividad
para generar ideas de posibles negocios.

A decir del subdirector ejecutivo del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP), Xavier Andrade, no existe una fórmula para saber qué negocio es el mejor, pues esto depende de un proceso de prueba y error.

“Lo que conviene es incursionar en un negocio donde la gente valore mis productos y esté dispuesta a pagar el valor que le estoy pidiendo y mediante el cual podré tener una rentabilidad, si los clientes no valoran lo que hacemos y no están dispuestos a pagar, ese negocio no conviene”, enfatiza Andrade, quien también es director del Proyecto Emprendedores Ecuatorianos.

Con él coincide el presidente de la Corporación para el Emprendimiento y la Innovación,

Camilo Pinzón, quien señala que sea cual sea el negocio que se elija siempre será importante diferenciarse, innovar y agregar valor, esto junto a la selección de sectores que no estén saturados puede disminuir las posibilidades de fracaso en el proyecto.

“La tasa de fracaso empresarial en el Ecuador es muy alta, alrededor del 70 por ciento. En el caso de productos de consumo hay que testearlos con el consumidor, si éste no rota en percha algo está pasando y hay que actuar rápido y averiguar qué está buscando el cliente”, recomienda.

La falta de liquidez suele ser uno de los principales motivos para el fracaso de los emprendimientos, sobre todo en pequeños negocios con pocos clientes. Por ello, los expertos recomiendan no mezclar las finanzas personales con la actividad productiva, así como no excederse en costos fijos como contrataciones de personal o compra de activos fijos (equipos, planta o muebles), cuando existe la posibilidad de alquilar o acceder a servicios prestados.

Asimismo, aconsejan no pasar por alto la promoción de sus productos o servicios; actualmente hay varias formas de hacerlo a muy bajo costo (redes sociales, eventos, publicidad boca a boca, etc.).

Si bien el país se encuentra en una muy buena posición en materia de emprendimiento, a decir de Castro aún sigue siendo necesaria la profesionalización del sector, pues según cita el mismo informe de la GEM los emprendimientos ecuatorianos requieren de mayor innovación y perspectivas de crecimiento, pues su internacionalización es mínima.

“Un dato revelador establece que un 39 por ciento de los emprendedores únicamente terminó la instrucción primaria.  La innovación basada en el conocimiento requiere de emprendedores más educados, un profesional con seguridad podrá detectar y conformar oportunidades que alguien que solo terminó la escuela difícilmente podrá encontrar”, explica.


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Actualmente, tanto instituciones públicas como privadas y universidades están asesorando y brindando apoyo a quienes desean emprender. El IEEP, por ejemplo, cuenta con el programa educativo Emprendedores Ecuatorianos, el cual forma a jóvenes empresarios y los capacita en la elaboración de un modelo de negocio; las mejores propuestas reciben capital semilla.

Por otro lado, la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI), de la Corporación para el Emprendimiento y la Innovación, es una red de actores públicos, privados y académicos que provee información y vínculos para que los emprendedores puedan tomar decisiones acertadas y recibir financiamiento para sus proyectos.

Además, empresas y entidades financieras están otorgando créditos para nuevos negocios, para optar por uno recalca Pinzón, es necesario tener en claro las líneas que éstas manejan. El capital semilla, por un lado, es una inversión que se destina a emprendimientos potenciales, en etapas muy tempranas del desarrollo de su idea; estos fondos los otorgan instituciones como Senecyt, Ministerio de Industrias y Productividad, Corporación Financiera Nacional, Banco de Fomento y AEI.

El capital de riesgo, en cambio, está dirigido a proyectos de innovación productiva y expansión y es una forma de financiamiento que no exige garantías y no genera tasa de interés. Por otro lado, los fideicomisos efectúan inversiones directas en proyectos y empresas ya existentes.

Para los analistas, hoy en día se presentan varias opciones de emprendimiento en el área de servicios, alimentos, ciertas manufacturas, así como en negocios que requieren de baja inversión como: aplicaciones para teléfonos móviles o tablets, cursos digitales o libros electrónicos, creación de blogs, servicios de asesoría tributaria, consultoría de imagen o belleza, organización de eventos sociales, servicios de transcripción o traducción y asistente virtual, entre otros. 

Créditos para emprendedores

Para quienes buscan financiamiento para sus negocios o ideas estas cooperativas de ahorro y crédito ofrecen una serie de productos.

- Jardín Azuayo cuenta con créditos ordinarios con tasas de interés del 12,77 por ciento anual a un plazo máximo de 7 años, para ello se requiere un ahorro previo equivalente al 10 por ciento del monto a solicitar. Así también están los créditos sin ahorro que no requiere ahorro previo con una tasa de interés del 15 por ciento anual a un plazo máximo de siete años.

- La Cooperativa 23 de Julio destina fondos al financiamiento de actividades en pequeña escala, microempresas e iniciativas de comercio, producción, comercialización o servicios con tasas desde el 19,60 por ciento con montos de 500 a 20 mil dólares.

- La JEP, con su producto Micro JEP financia actividades productivas, de comercialización o servicios. Los créditos pueden ir de 1.000 a 20.000 dólares, con tasas de interés del 22 al 20 por ciento.

- Alianza del Valle brinda microcréditos para crear nuevos negocios, crecer, diversificarse; sus tasas de interés van del 22,5 al 18,5 por ciento y los montos a financiar van de 500 a 80.000 dólares.

- Cooprogreso otorga créditos hasta 80 mil dólares con tasas que van desde el 19 por ciento anual a un plazo máximo de 84 meses dependiendo del destino de la operación de crédito.

Tasa de actividad emprendedora temprana (TEA) en América Latina 2014

Ecuador               32,6%

Perú                      28,8%

Bolivia                  27,4%

Chile                     26,8%

Colombia            18,5%

Fuente: Informe GEM (Global Entreprenuership Monitor) 2014.

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