Trípoli (Libia).- Las facciones políticas libias reanudarán sus negociaciones el próximo jueves en Marruecos para tratar de limar sus diferencias y hacer frente a la amenaza del yihadista Estado Islámico (EI), que este domingo presentó sus armas en Trípoli con un atentado sin víctimas contra la residencia del embajador de Irán.
Fuentes de Seguridad en Trípoli explicaron a que un artefacto escondido en una bolsa estalló estalló en torno a las 13:30 horas local (11:30 GMT) en el perímetro del edificio y causó sólo graves daños materiales en la fachada, ya que el vigilante se había ido.
Medios locales informaron de que una segunda bomba -de menor potencia- explotó media hora después, cuando periodistas, agentes de Seguridad, médicos y curiosos estaban junto a la sede diplomática, evacuada hace dos años y medio tras una oleada de secuestros en Libia.
La autoría de la acción de fue asumida a través de su cuenta en twitter por la rama libia del EI, establecida en la localidad oriental libia de Derna pero que desde hace semanas avanza hacia el noroeste y ya está presente en barrios de ciudades de importancia como Sirte.
Los yihadistas se benefician de la guerra civil que desangra el país, donde dos Gobiernos rivales, uno rebelde en Trípoli y otro internacionalmente reconocido en Tobruk, luchan por controlar los vastos recursos energéticos. A su lado se alinean grupos islamistas moderados, leales al antiguo régimen, líderes tribales y señores de la guerra que aprovechan el vacío de poder para traficar con armas, petróleo, drogas y personas.
En este caos, yihadistas egipcios, tunecinos, argelinos y de otros Estados del Sahel regresados de combatir en Siria y en Irak han formado la rama libia del EI, que ahora amenaza también a los países vecinos.
El viernes, grupos afines al EI mataron a medio centenar de personas, la mayoría de ellos civiles, en un triple atentado simultáneo con coches bomba contra intereses del Gobierno de Tobruk y de su aliado militar, el general Jalifa Hafter, en la localidad de Al Quba, 30 kilómetros al oeste de Derna.
En este marco de violencia y división, los actores políticos tienen previsto retomar las conversaciones el próximo jueves en una ciudad aún por determinar de Marruecos, explicó Mohamad Mazb, miembro del Congreso General Nacional (CGN), el Gobierno rebelde asentado en Trípoli.
Según dijo, su equipo negociador saldrá de la capital el miércoles para sumarse un día después al diálogo auspiciado por la ONU, cuyo principal objetivo es acordar la formación de un Gobierno de unidad nacional que permita confrontar la amenaza yihadista, que ha intensificado su reto a ambos Gobiernos en los últimos días. EFE