Actualidad

Enferma terminal

martes, 12 julio 2016 - 10:53
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

Tras el anuncio de la liquidación de Enfarma, agoniza la prometida soberanía farmacéutica. El complejo en Yachay quedó en planos y en el abandono. La empresa modificó sus prioridades, según sus cambiantes administraciones, que sumaron ocho en siete años.

Nació en 2009. Muere lentamente de inanición presupuestaria. Su partida de defunción se firmó a fines de mayo, cuando el presidente Rafael Correa anunció que la empresa farmacéutica estatal, Enfarma EP, sería liquidada.

La efímera entidad hereda al país una promesa incumplida: debía ser la piedra angular en la era de la soberanía farmacéutica. Debía garantizar el acceso de medicamentos a bajo costo al sistema de salud pública. Este facturó, en 2015, 288 millones de dólares, que representan la quinta parte del mercado farmacéutico nacional, estimado en 1.500 millones durante el mismo año, según la publicación especializada Análisis Semanal.


Realidad. Las obras están prácticamente abandonadas
pues el contrato con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército
se dará por terminado. Foto Cecilia Puebla

Todo quedó en buenas intenciones. Quedó, además, el diseño de un complejo farmacéutico proyectado en cinco plantas, que debía ser edificado y equipado en 22 hectáreas de la Ciudad del Conocimiento, en el Distrito Yachay en Imbabura. El presupuesto referencial de la obra era 156,7 millones de dólares; los trabajos arrancaron en 2014 y se proyectaba que al año siguiente empezarían a producirse 109 formas farmacéuticas sólidas. Para 2016 ya debían fabricarse antibióticos, hormonas, formas estériles; posteriormente, medicamentos oncológicos. Solo la planta de sólidos orales representaría un ahorro anual de 48 millones de dólares para el Fisco, con la fabricación local de 46 medicamentos.

Vistazo visitó el lugar donde se planificó el proyecto, 15 días después de la noticia de la liquidación de Enfarma; solo encontró huellas de lo que nunca será.

Las obras quedaron en su fase preliminar: divisiones para cada una de las cinco plantas de medicamentos. Movimientos de tierra, básicamente. Los letreros de la megaobra no se han retirado todavía y, quizá por ello, los habitantes de San Vicente y Tapiapamba, poblaciones que están en la zona de influencia, no pierden la esperanza de que la inversión vuelva. Los estudios indicaron que la construcción del complejo daría empleo a unas 200 personas.


  Otros tiempos. Fernando Albericio, izquierda, fue rector
de Yachay hasta mediados de 2015. Carina Vance
dejó de ser ministra de Salud a fines de ese año.

A fines de 2014, asambleístas, ministros e invitados de la Revolución Ciudadana visitaron el lugar cuando iniciaron las obras. A inicios de este año, los volquetes y trabajadores salieron, por falta de presupuesto. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército (CEE), que recibió el contrato para la remoción de tierras, diseño de plataformas y sistema hidrosanitario del complejo, por un monto de 4,9 millones de dólares, se alista para dar por terminado el contrato por mutuo acuerdo, reveló a Vistazo un vocero del CEE.

El actual gerente, Luis Monteverde Rodríguez, actúa como encargado y es el octavo titular de Enfarma en sus casi siete años de existencia. Pese a los requerimientos de información, no aceptó pronunciarse. El anuncio de la liquidación habría tomado, también por sorpresa, a los actuales administradores.

GIROS Y MÁS GIROS

Creada mediante Decreto Ejecutivo 181 del 21 de diciembre de 2009, con un capital inicial de 295.514 dólares, Enfarma buscaba asegurar el acceso de medicamentos de calidad a la población del Ecuador y de los países del Alba.

Para 2010 se aprobó por parte de su Directorio un presupuesto de alrededor de 3,2 millones de dólares, según explica el gerente fundador, Roberto Tadeo.

¿Sus objetivos? Importar, comercializar, distribuir, intermediar y exportar fármacos e insumos químicos, tanto genéricos como de marca registrada. Una de las líneas prioritarias, cita Tadeo, era investigar y desarrollar principios activos para la elaboración de fármacos y fitofármacos; estos últimos derivados de plantas y vegetales.


138 funcionarios. Ese es el número de personas
que colaboraban con la estatal farmacéutica.

Luego llegaron los convenios con laboratorios cubanos. Con el tiempo demostrarían su lado flaco. En agosto de 2015, la autoridad nacional solicitaba a Farmacuba que retirara “Los medicamentos caducados que se encuentran en las bodegas de Enfarma EP y en las instituciones de salud a nivel nacional, para el canje que por ley corresponda”.

Para 2013, Enfarma se orientó hacia biofármacos. Llamados también fármacos biotecnológicos, son productos medicinales, “terapéuticos, profilácticos, o de diagnóstico in vivo, cuyo principio activo es de naturaleza biológica”, según el doctor en Bioquímica, Pablo Matar, investigador argentino, en “Biofármacos y Biosimilares, Riesgos y Desafíos”. En esencia, son productos sintetizados de forma biológica que, sin ser idénticos al medicamento original, pudieran ser usados en el tratamiento de enfermedades crónicas.

Enfarma estableció que ciertas enfermedades catastróficas podrían ser tratadas con biotecnología en fármacos, antes que con químicos. En esa lógica, registró en agosto de 2013 el primer producto biosimilar del Estado ecuatoriano: REMSIMA (marca registrada), fabricado por Celltrion en Corea del Sur, para el tratamiento de artritis reumatoide. Según especialistas, el biosimilar cuesta un 30 por ciento menos que el producto patentado por un laboratorio transnacional. A febrero de 2014, en una compra de medicamentos para el sector público, se optaba por la presentación comercial antes que el biosimilar. Adquirir este último significaba un ahorro de 2,1 millones de dólares en la transacción, según documentos en poder de Vistazo.

 


 En maquetas. Durante 2014 se promocionó la
obra en Yachay. En 2015 Enfarma no recibió
10 millones presupuestados por el Gobierno.

La idea de levantar un complejo farmacéutico y varios núcleos de producción surgió en mayo de 2013, se analizó a edificarlo en Cuenca, según el acta directorio. El documento recoge la insistencia del delegado del Ejecutivo para agilitar el proyecto. En una sesión posterior, de julio, el mismo delegado presidencial asegura que una compañía extranjera está interesada en “Construir una planta de producción en Yachay, mediante la constitución de una compañía mixta con Enfarma EP”, según otra acta.

En esa misma sesión el Directorio recomendó que la empresa pública distribuyera medicamentos para la Red Pública Integral de Salud. Eso implicaba reformar el decreto de creación de la farmacéutica. Para 2015 esta proyectó vender 45,5 millones de dólares; alcanzó 12,2 millones. Ese año debió recibir 10 millones de dólares de presupuesto estatal; la asignación no se ejecutó.

Un nuevo giro en la política nacional relegó el papel de la farmacéutica pública. Una ronda de compras masivas de medicamentos se realizó en el primer trimestre de este año: 500 millones para 400 productos que abastecerán al sistema en los próximos 24 meses. Ni rastros de la política pregonada en años anteriores. El fin de la soberanía farmacéutica pudiera llegar con la muerte de Enfarma.

Más leídas
 
Lo más reciente