Un día cuando era pequeña, Abby Kingston estaba en la casa de sus padres y se dio cuenta que habían 6 fotos de novias usando el mismo vestido y ella pensó que un día quizás ella también lo haría. Cuando se comprometió con su actual novio ella habló con su madre para buscar ese vestido y lo logró.
La tradición comenzó con las nietas de Mary Lawry Warren, ya que sus hijas no quisieron usar el mismo vestido en los años 20.
Kingston decidió casarse y no tuvo que preocuparse mucho por conseguir un vestido de novia como la gran mayoría de las mujeres. Ella solo siguió una larga tradición familiar.
Foto: Abby Kingston
La primera en usarlo fue su tatarabuela en el siglo XIX. Aquí, la magnífica evolución.
Foto: Abby Kingston
Desde hace 70 años aproximadamente, las mujeres de su familia se han casado con el vestido de novia de Mary Lowry Warren (tataraabuela de Abby), que data de 1895.
Jane Woodruff fue la primera en seguir la tradición en 1946. Foto: Abby Kingston
Con el paso de los años y matrimonios, el vestido ha tenido alteraciones pero se mantiene casi intacto. Esta novia es de 1948.
Aquí en 1960 en Virginia Woddruff. Foto: Abby Kingston
Sara Seiler. Foto: Abby Kingston
El vestido original fue para la estrecha cintura de Lowry de 45 cm, por lo que se hicieron ajustes para las novias posteriores. Esta es de Laird McConnell 1976.
Foto: Abby Kingston
Esta es Leslie Kingston, madre de Abby, quien poso con el vestido en su boda con Richard T. Kington Jr. en 1977.
Foto: Abby Kingston
En los últimos años ha sido la adición de encaje en ciertas áreas, como en esta versión de 1982.
Foto: Abby Kingston
Según la entrevista de Abby para BuzzFeed News, en la década de los 80 fue cuando más el vestido fue alterado, como en esta foto de Ann Ogden, 1991.
Foto: Abby Kingston
Abby Kingston mide 1 metro y 77 centímetros por lo que pensó que nunca le cabría el vestido. Sin embargo, una costurera le añadió un panel de satén para dar cabida a su cintura y hombros.
Ella siempre pensó que era el vestido de una princesa. Foto: Abby Kington
El vestido era de color marrón cuando Kingston y su madre lo recibieron, pero lograron teñirlo un poco para que tenga un color más suave. Así se usó en Virginia Kearns 1989.
Foto: Abby Kingston
Estuvo guardado por casi 24 años y solo fue limpiado una vez. Kingston lo conoció por primera vez en la boda de su tía Jane Ogden en 1991.
Foto: Abby Kingston
Con sólo cinco años, Kingston pensó que era el vestido más bonito que había visto en su vida. Por eso, junto a su madre (en la foto) lograron recuperarlo.
Foto: Abby Kingston
Le tomó 200 horas al sastre restaurar el vestido a su diseño original. Las mangas de seda plisado tuvo que ser sustituido en su totalidad.
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Su boda la hará honor a su familia. Además del vestido, usará un relicario que le regaló su abuelo a su abuela para su aniversario número 50 y un anillo de su bisabuela. Como detalle en la boda se mostrará las fotos de las demás novias.
El plan a futuro es preservarlo como reliquia por esta linda y larga tradición en el que ya sus primas quieren usarlo.
Foto: Abby Kingston
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