El mes pasado, cuando la Secretaría de Comunicación inició el proceso de disolución de Fundamedios por “ejercer asuntos de carácter político”, una de las razones expuestas fue que esta organización reproduce en redes sociales los blogs de opinión Estadodepropaganda.com, de Roberto Aguilar; y SentidoComunEcuador.com, de José Hernández. No era la primera vez que se intentaba usar la ley para callar a Aguilar, quien en junio pasado fue llamado a confesión judicial, acusado de “calumnias y desprestigio” por el Secretario Nacional de Comunicación, Fernando Alvarado.
El proceso contra Fundamedios se ha suspendido gracias a la intervención de los relatores de las Naciones Unidas, pero quedó en evidencia cuánto molestan las opiniones de estos periodistas al régimen y los extremos a los que está dispuesto a ir el gobierno para censurarlos. “Son blogs muy influyentes por el peso que tienen los dos periodistas que se quedaron sin trabajo después del cierre del diario Hoy”, dice César Ricaurte, director de Fundamedios, “la gente los siguió al mundo digital y expandieron su público, hoy los leen más que antes”.
Las denuncias de la página web Focusecuador.net se
sustentan en documentos de entidades públicas.
No sólo son dos. Un estudio de Fundamedios indica que en los últimos años se ha dado un “boom” de medios digitales, que crecen a un promedio de 10 al año y que suman ya 60. Son periódicos online, portales de investigación, radios digitales, medios regionales y de periodismo narrativo.
La Ley de Comunicación, que infringe estrictos controles a los medios tradicionales, no menciona a los medios online. El reglamento de la ley, emitido después, sí indica que los medios en Internet tienen los mismos deberes, pero excluye del control a los “contenidos que formulen los ciudadanos en sus blogs, redes sociales y páginas web personales, corporativas o institucionales”, dejando así un pequeño oasis jurídico que es hoy la cancha de periodistas que un día fueron los delanteros y directores técnicos de grandes medios, y que durante este gobierno habían pasado a la banca.
LOS BLOGUEROS
“Al blog me ha empujado el desempleo” dice Roberto Aguilar. Aunque lleva tres décadas haciendo periodismo (cubría cultura y espectáculos para El Comercio), se estrenó en la crónica política recién hace 5 años, en diario Expreso y en el desaparecido diario Hoy. Sus vívidas descripciones de eventos como un coctel oficial en honor a Pedro Delgado, la dinámica de un enlace ciudadano y de una sesión de la Asamblea, tocaron nervios e irritaron al Gobierno. “Yo sentía la necesidad de contar la política de otra forma”, dice Aguilar, “el relato de ciertas puestas en escena del poder es bastante más revelador que los discursos políticos. A veces cuando uno está tratando de retratar al poder, verles comer es más revelador que oírles hablar”.
Aún hoy, que en su blog escribe más artículos de opinión, sus crónicas son las que más impactan. “8 de junio: el día en que los correístas perdieron la tribuna de la Shyris”, una narración sobre los eventos durante las marchas en Quito, llegó a unas 35 mil personas en un día y su blog ese mes tuvo un récord de lectores: 150 mil.
Para José Hernández, quien fue editor general de El Comercio y trabajó además en Expreso, Hoy, y fundó revista Vanguardia, el blog es un desfogue en una coyuntura difícil en la que “el Gobierno se ha salido con la suya arruinando a varias empresas periodísticas, llevando a la quiebra a diarios y revistas y convirtiendo al periodismo en un territorio acosado, perseguido, autocensurado, con el fin de tener una sola narrativa, una sola verdad”. “Yo no ceso de aplaudir a todos esos periodistas que de manera valiente y absolutamente obsesiva siguen publicando, por cualquier medio”.
La revista digital PlanV comparte enlaces de varios blogs
y de otros portales de investigación como Milhojas.is.
Hernández anuncia que, junto a Aguilar, está trabajando en un proyecto de periodismo online más amplio, para el que busca financiamiento. “Es el reto que hay que ponerles a las élites, un país no se maneja sin información valiosa. Los buenos productos se pagan y así como se paga por un iPhone, la gente que tiene dos dedos de frente debe entender que la buena información también se paga”.
“Monetizar” su participación en Internet es también el reto actual de Martín Pallares, el periodista que fue despedido del El Comercio “por supuestamente poner a riesgo a la empresa por mis opiniones contra el gobierno en Twitter”, y que inmediatamente abrió la página martinpallares.net que tiene unos 4 mil lectores al día, pero que no le reporta ningún beneficio económico. “Debo tener alguna fuente de ingresos, tengo una familia”, explica.
Pallares ha cubierto política para Hoy, El Universo, El Tiempo de Bogotá, y ganó la beca John S. Knight para periodistas de la universidad de Stanford. Su despido, en un momento en que el mundo mira con atención los ataques a la libertad de prensa en Ecuador, causó tal impacto que el diario The New York Times lo invitó a escribir una columna al respecto.
Pallares, quien ya tenía un blog en El Comercio que fue muy criticado por el régimen, dice que siente más libertad al escribir en la web, que puede ser más irreverente y que sí tiene un poco de miedo, pero igual lo sentía antes. “Hay un segmento muy importante de la opinión que se mueve en el mundo digital, cuyo músculo son las redes sociales. La capacidad de distribución de los textos que uno hace es ahora gigantesca”. Algo distinto del blog de Pallares es que permite a la gente escribir comentarios. “Es invaluable el feedback inmediato de los lectores que me felicitan, me critican, me insultan, dejo todos, de eso se trata la Libertad de Expresión, ¿no?”.
LOS INVESTIGADORES
“PlanV, buenas tardes”. Juan Carlos Calderón contesta apurado el teléfono de su redacción, que integran él y tres personas más: un redactor, un fotógrafo, un diseñador. No hay para pagar más sueldos. Financiar la operación de la revista online que surgió hace dos años, cuando cerró la revista Vanguardia, es su “desesperación diaria”. A PlanV le faltan recursos, pero le sobran colaboradores que escriben gratuitamente. “Hay un montón de buenos periodistas en la desocupación, mucha gente valiosa en una circunstancia vital jodida. Eso disminuye la calidad y el impacto del periodismo a la larga”.
PlanV tiene una subvención de la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), una entidad vinculada al gobierno estadounidense. Aunque han intentado vender publicidad, siempre terminan recurriendo al “crowfunding” que Calderón traduce como “pasar el sombrero”, pues las empresas no quieren vincular su marca a una polémica: Calderón y el periodista Christian Zurita fueron enjuiciados por el presidente Correa por escribir el libro El Gran Hermano, un compendio de sus investigaciones previamente publicadas en Expreso sobre los contratos de Fabricio Correa con el Estado.
“No hemos ganado nada. Hicimos un cálculo, si vendíamos todos los espacios disponibles podíamos recaudar 5 mil dólares, para mantenernos necesitamos 6 mil dólares al mes”, dice. No deja de ser irónico que ahora sus temas lleguen a más lectores. PlanV tiene unas 50 mil visitas a la semana y cuando un tema se vuelve viral, llegan a 300 mil. “La revista Vanguardia estaba perdida en la inmensidad de la web, PlanV tiene mucho más impacto de lo que hubiéramos tenido en papel”.
Otra ironía es que, al depender de donantes, la evolución de otros portales de investigación que compiten entre sí por historias y recursos “restringe el pastel”, dice Calderón, “tienes a los mismos compañeros haciendo casi lo mismo, pero estamos cada cual por su lado”.
PlanV comparte enlaces de las publicaciones de Milhojas.is. Alojado en un servidor en Islandia y también financiado por la NED, este portal va a cumplir un año publicando denuncias de corrupción, narcotráfico y violaciones a los derechos humanos. “Este gobierno ha tratado de ocultar la mayor parte de la información. Son temas que la ciudadanía debe saber, por transparencia”, dice uno de sus voceros, quien pide reserva para evitar represalias personales.
FUENTES DE CONFIANZA
Fernando Villavicencio y Marlon Puertas son los responsables de Focus Ecuador. Villavicencio colaboró con El Universo, Vanguardia y PlanV, es autor de varios libros de denuncias, trabajó como comunicador social en Petroecuador y fue asesor del exlegislador Cléver Jiménez, de Pachakutik. En enero de 2014, Villavicencio y Jiménez fueron sentenciados a 18 meses de cárcel por injurias al Presidente y estuvieron en la clandestinidad hasta que la pena prescribió en marzo pasado. Villavicencio, quien abrió el portal apenas regresó “de las sombras”, dice que cuenta con “decenas de miles de documentos” filtrados de entidades públicas y que conoce a la mayoría de sus fuentes “son funcionarios públicos y me he comprometido a jamás revelar sus nombres. La veda informativa está en la cúpula, pero en los mandos medios hay mucha gente inconforme”.
Debido a su asociación política, mucha gente se pregunta qué tan imparciales serán sus reportes. “La verdad no es imparcial, la verdad es radical, es de noche o es de día”, sentencia Villavicencio. “Lo que tiene que haber en el periodismo es objetividad, focusecuador.net no tiene ninguna carga subjetiva”.
Más allá de su historia personal, o de sus motivos, el hecho es que la información de este portal pone a correr a las autoridades. El pasado 1 de septiembre, focusecuador.net, citando un memo interno de Petroecuador fechado del día anterior, publicó la inusual noticia de que el Ecuador buscaba importar 30 millones en barriles de crudo. A las dos horas la agencia Reuters replicó la noticia y al día siguiente la petrolera estatal la confirmó en un comunicado. Esta web denunció una costosa falla estructural en la planta de licuefacción de gas de Bajo Alto, en El Oro, y el costo real de readecuar la Refinería de Esmeraldas, que subió de 180 a 1.200 millones de dólares en 7 años, ambas noticias luego fueron confirmadas por el Ministerio de Sectores Estratégicos.
“Sabemos que muchos medios online nacen, pero se quedan en el camino”, dice Marlon Puertas, excolaborador de Revista Vistazo, Ecuavisa, El Universo y Teleamazonas, quien se fogueó en el periodismo online en larepublica.ec y lahistoria.ec. “Nos financiamos con aportes voluntarios, el secreto está en mantener el más bajo presupuesto y, por ahora, sobrevivir”.
LA REPÚBLICA DE CARLOS JIJÓN
El caso de Larepublica.ec es distinto a otros portales “nativos” de Internet: es un periódico online de actualización permanente, que le apuesta a la inmediatez, que tiene columnistas propios, estudios en Quito y Guayaquil, y que produce varios programas audiovisuales. El entrevistador Jorge Ortiz tiene un espacio diario, hay un panel de debate, otro de deportes y este portal se ha anotado un gol con la transmisión en vivo, vía streaming, de noticias de último minuto. La transmisión de las recientes marchas en Quito y Guayaquil fue sintonizada por 150 mil personas.
El portal larepublica.ec del periodista Carlos Jijón se sustenta de anunciantes,
produce varios programas en sus estudios y transmite eventos en vivo.
Larepublica.ec, que ya cumplió cuatro años, también es diferente porque tiene un equipo de ventas y se sustenta de la publicidad. Con unos dos millones y medio de “páginas vistas” al mes, el responsable de este proyecto, Carlos Jijón, está seguro de que las ganancias vendrán.
“Vivimos una revolución en términos de información”, dice Jijón, “En el momento que suceda algo importante estamos en capacidad de transmitirlo en vivo, a muy bajo costo. El costo de transmitir vía Internet comparado a transmitir por televisión es ínfimo”.
Carlos Jijón, director de La República.
Jijón, de 50 años, es periodista desde los 17. Ha trabajado en Vistazo, Diario Hoy, y durante casi dos décadas dirigió los noticieros de Ecuavisa y Teleamazonas. En Larepublica.ec trabajan 12 personas y todos los periodistas son a su vez editores. “Son personas con la suficiente capacidad de publicar textos, es imposible que yo esté 18 horas al día aprobando notas. Hemos reportado noticias con información, fotos, videos, recogidas únicamente de redes sociales. El ideal del periodismo ciudadano en este momento es una realidad”.