¿Tiene usted una de las 2,6 millones de tarjetas de crédito principales que circulan en Ecuador? ¿Es tenedor de una de las 4,3 millones de tarjetas adicionales? Llegó la hora de usarla con cuidado para no sobreendeudarse.
¡Mano al bolsillo! Saque su billetera y cuente las tarjetas de crédito que tiene a su nombre. Con certeza usted tiene una de las 2,6 millones de tarjetas principales, o una de las 4,3 millones de tarjetas adicionales que circulan en el país. Si usted es el usuario promedio, este mes, usted destinará un buen porcentaje del crédito plástico para comprar víveres en supermercados; pagar la cuenta del restaurante; cubrir necesidades de salud; abonar la cuenta de su celular; y, comprar un pasaje aéreo.
Durante el pasado mes de agosto, aproximadamente, los ecuatorianos usamos siete millones de veces la tarjeta de crédito para realizar transacciones de operaciones tanto rotativas como diferidas. ¿Es esto demasiado? En agosto de 2014 se realizaron seis millones de transacciones vía tarjeta de crédito en todo ese mes.
Si este momento a todos quienes tenemos deudas por tarjetas de crédito nos pidieran el pago inmediato de nuestras obligaciones –corrientes, diferidas y rotativas– tendríamos que pagar 4.619 millones de dólares.
Fuentes: Superintendencia de Bancos, Asociación
de Bancos Privados, Cordes. Elaboración Vistazo
¿Estamos sobreendeudados como sociedad con el crédito de plástico? Es una pregunta difícil de contestar. Nuestro presidente Correa dijo en un debate televisado que si en un hogar uno de los proveedores pierde su fuente de ingresos, puede usar su tarjeta de crédito.
“Es muy aventurado descifrar en qué contexto lo expresó. Lo cierto es que el endeudamiento en general no es bueno ni malo per se; debe ser analizado a la luz de dos criterios importantes, el primero es si nos endeudamos con un objetivo claro, un fin que nos beneficie, como pagar la educación o el acceso a un techo para nuestra familia; y el segundo factor a analizar es si tenemos o no capacidad de pagar esta obligación”, explica Wilson Araque, Ph.D. en Economía y director del Área de Gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Desde la Tribuna del Consumidor, la jurista María José Troya dirigió un estudio en el país para identificar si hay niveles de sobreendeudamiento, seis años atrás. El informe no llegó a resultados concluyentes, por falta de acceso a cifras consolidadas de todo el sistema, que incluye bancos privados, emisores de tarjetas, cooperativas, compañías que trabajan con crédito directo. Eso sí, emitió una voz de alarma. “Determinadas condiciones pueden anteceder a una situación futura de sobreendeudamiento, como son, incremento de provisiones, cartera improductiva, altos índices de morosidad en cartera de consumo; (…) lo cual puede considerarse sobreendeudamiento activo; en tanto que el pasivo pudiera generarse por desequilibrios macroeconómicos como desempleo, incremento de la inflación, beneficios sociales para trabajadoras del hogar; y por disminución de remesas del extranjero”.
¿Ha llegado la hora de ajustarse las correas? Aunque las autoridades no lo admitan, el país vive recesión técnica tras dos trimestres con crecimiento negativo.
¿EN QUÉ NOS ENDEUDAMOS?
¿Qué pagamos con tarjetas de crédito? Del monto total facturado en dólares, el 18 por ciento se destinó al pago de cuentas en supermercados; el 10 por ciento al consumo en restaurantes; el nueve por ciento a gastos de salud y afines: el ocho por ciento a comunicaciones; el siete por ciento a servicio de transporte aéreo; el seis por ciento a hoteles y alojamiento; el cinco por ciento a compra de vestido y calzado, según las últimas cifras disponibles de la Superintendencia de Bancos.
Académico. Julio José Prado, titular de la Asociación
de Bancos Privados, aconseja tener cautela en este
nuevo escenario posterior a la bonanza.
El último año, el uso de tarjetas de crédito creció tanto en número de transacciones como en montos. Para el flamante director de la Asociación de Bancos Privados, Julio José Prado, ese crecimiento respondería al ciclo de bonanza de 2010 a 2014 cuando el globo de la economía se infló y permitió que más gente pudiera acceder a posibilidades de crédito, con más facilidades y menos requisitos. “Era como un tren de carga que generaba alto gasto, mayor disposición de consumir”.
Hoy, sin embargo, es necesario revisar el nivel de gastos en el hogar, recomienda el propio Prado.
¿Cómo hacerlo? El economista José Mieles, investigador económico de Cordes, advierte que hay que tener cuidado con los intereses, pues nos acostumbramos a pagar el mínimo requerido, y el resto de la deuda sigue creciendo. En un ejercicio simple de cálculo, alguien que se dedique a pagar el mínimo pudiera terminar convirtiendo una deuda en años de obligación.
“Una persona que recibe una tarjeta de crédito debe tener conciencia de que recibe una responsabilidad y una posibilidad de deuda; muchos no se dan cuenta que la tarjeta de crédito compromete los ingresos futuros de la persona que la administra”, nos explica Mieles. Por tanto, aconseja tomar decisiones financieras inteligentes.
Cuando un tarjetahabiente realiza una compra, éste debe pedir que
le expliquen detalladamente el valor exacto del interés que pagará
durante cada uno de los meses a los que la compra haya sido diferida.
¿Cuál por ejemplo? Ir al supermercado y pagar la compra de víveres de la semana o del mes con tarjeta no es lo indicado. Peor aún, si esta cuenta se difiere a varios meses, generando intereses. María José Troya, desde Tribuna del Consumidor, explica con la Ley de Consumidor en la mano que antes de aceptar diferir el pago de una tarjeta, el usuario debe pedir que le expliquen el monto de interés que va a pagar. “Es grave constatar que en los establecimientos, los cajeros sugieren el pago en diferido, esto perjudica al usuario”.
Según Araque, para pensar en adquirir una deuda vía tarjeta es necesario hacerse esta pregunta: ¿Voy a consumir este bien o servicio inmediatamente, pero lo voy a pagar a largo plazo? Quizás conviene hacer lo que recomendaban los abuelos: estirarse solamente hasta donde den las sábanas.