A costa de la miseria de sus habitantes, en este país asiático florece un mercado negro de órganos. Debido a la escasez de donantes y la lentitud en las acciones legales, los residentes dudan que haya cambios.
Pese a que los donantes presentan problemas de salud, las advertencia son ignoradas debido a las grandes sumas que reciben.
La mayoría de las cirugías ilegales se realizan en la frontera con India, para escapar de los controles.