Jan Topic: el soldado que quiere ser presidente
"He pasado la mitad de mi vida laboral en lugares calientes y sé que puedo ver a la gente a los ojos y saber quién se va a quedar peleando y quién no. Y no veo a otro candidato que vaya a hacerlo”.
Hasta abril pasado, Jan Tomislav Topic Feraud (Guayaquil, 1983) era solo el hijo de Tomislav Topic, el fundador y ahora único accionista de la empresa Telconet, que en los últimos 10 años pasó de facturar 83 millones de dólares a más de 250 millones. Ese mes estuvo a nada de ser el nuevo Secretario de Seguridad del Ecuador.
“Yo estaba feliz en mi casa. El presidente (Guillermo Lasso) llamó a mi papá, luego un funcionario me llamó porque el Presidente quería tener una reunión conmigo. Nos topamos un jueves en el ECU 911; trabajé viernes, sábado y domingo para armarle el plan de seguridad y el lunes subí a Carondelet para enseñárselo. Ese mismo día me pidieron que me posesionara pero les pedí que me esperen un poco. Quedamos en que me posesionaría el jueves de esa semana pero un día antes me enteré que ya no iba. El Presidente me llamó, conversamos ese jueves en su casa en Guayaquil, pero no fue claro, no entendí bien cuál fue el motivo, tenía muchas ideas difusas”, recuerda.
Que Topic Feraud fuera seleccionado para secretario de Seguridad respondía a su pasado... un pasado llamativo. En redes sociales siempre habló de su paso por la Legión Extranjera Francesa, que se define como un cuerpo de élite listo, en muy poco tiempo, para intervenir en operaciones externas o en zonas de guerra. “Como soldado he combatido en Ucrania, Siria y África...”, dice al inicio de su video de postulación para presidente. Pero sobre la guerra, no habla mucho. Cuando se le pregunta, su mirada no cambia; no hay mayores expresiones. “Lo fuerte es cuando llegas a la guerra y ves todo el escenario, los helicópteros sobrevolando, los estallidos... Luego ya te adaptas a lo que sucede”.
No se trata de frialdad, dice; es para lo que se preparó por varios años en esa “profesión” que tomó mientras estudiaba la universidad en Estados Unidos. “La Legión es un ejército como cualquier otro, jodido, con mucha disciplina, donde te hacen muchos exámenes... Fui a París, luego a otra ciudad francesa; entrené mucho. Pasé seis años por varios países: República Centroafricana, Eritrea, Somalia, Costa de Marfil, Senegal”. Pero el “bichito” lo llevaba en la sangre, dice. Asegura que su abuelo, Dragan Topic, participó en la Segunda Guerra Mundial, y eso siempre lo marcó.
Quizás por su propia formación o por sus genes croatas, quienes lo conocen personal o profesionalmente lo reconocen como un hombre de temple, con carácter fuerte y que incluso a veces puede ser muy duro. ¿Es así?, se le pregunta en su visita a revista Vistazo. “Soy brutalmente honesto, eso sí. Cuando estoy equivocado y alguien me lo demuestra, lo acepto. Pero cuando decido algo, no claudico”.
Entonces, ¿mano dura como Nayib Bukele, el presidente salvadoreño con el que se lo compara? “Hizo muchas cosas buenas y otras malas. Por ejemplo, meter a 6.000 personas presas en nueve días solo porque tenían tatuajes no está bien. Pero sí admiro que tiene conceptos claros; llevó adelante su plan y no ha claudicado”.
Ve similitudes entre las situaciones de El Salvador y Ecuador que justamente lo hacen creer que sí podrían bajar los índices delictivos como allá. “Los problemas que estamos viviendo ahora no nacen en nuestros países, sino que nos ganamos esos problemas porque somos más incompetentes que nuestros vecinos. Si mejoramos nuestra seguridad, la droga se quedaría en los países donde se producen”.
El caso del sistema carcelario en El Salvador es algo que toma de referencia. “No hay que ser Albert Einstein en seguridad para saber que en Ecuador debemos tomar el control de las cárceles”.
Para él, en seguridad, hay que tener dos ramas de conocimiento: cómo armar dispositivos de seguridad y conocer de tecnología. “En un mundo corrupto, la tecnología es la mejor herramienta para combatirla”.
Su experiencia en el sector de seguridad y tecnología (accionista y administrador de varias empresas de esas ramas, según registros de la Superintendencia de Compañías). “Debemos hacer cosas básicas, pero hacerlas bien”.
Por eso no duda en decir que Ecuador no tiene un plan de seguridad, y en el horizonte se plantean tres caminos. El primero es que no se haga nada o se lo haga tan mal que es igual a lo mismo, es decir, “si tuviéramos índices delincuenciales bajos, te diría que está bien, que mejor no alborotemos el avispero, pero no es así porque tenemos los índices más altos en la historia del país”. El segundo camino es transar o negociar, que más allá de no verlo ético, dice que si bien ganas estabilidad, el costo será muy alto cuando ese enemigo se vuelva más poderoso.
¿Se transó en anteriores gobiernos? “Trato de basar mis comentarios en evidencias y en este caso (aumento de la delincuencia), ¿cuándo creció el grupo delictivo más grande del país? Los Choneros eran chiquitos, pero en el lapso de esos 10 años (del gobierno de Rafael Correa) crecen a una estructura criminal de 15 mil personas, con su líder en la cárcel. Entonces, o fue incompetencia o transaste”.
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El tercer camino es actuar, y siente que para eso el plan que ha definido tiene lógica. “Hay que trabajar en las fronteras, para mermar la cantidad de narcotráfico y armamento que cruza por allí; de esa forma reduces la habilidad de sobornar con ese dinero. También para incautar en esas zonas y no solo en los puertos; y finalmente para saber qué gente entra al país”.
Otro eje son las cárceles: “Vamos a construir dos, una en Guayas y otra en Pichincha, y tomaremos el control de las 36 existentes, porque no me cuadra el mundo donde le echas la culpa a jueces y fiscales corruptos cuando lo que viene después es la cárcel y no tienes control, y esa es responsabilidad del Ejecutivo”. Para cortar esa dinámica apunta a la tecnología: saturar la señal de la banda para comunicarse. “Eso cuesta menos de 150 mil dólares. ¿Por qué no se lo hizo? Eso deberíamos preguntar”.
El plan, explica, no depende de la Asamblea Nacional. Por eso no está de acuerdo en que en 16 meses no se puede hacer mucho. “La situación ha empeorado en los últimos meses, y si no hacemos nada, cómo estaremos en los siguientes 16 meses. Por ejemplo Guayaquil es la ciudad que más empeoró en el mundo en índices delictivos”.
Aunque sabe que igual la Asamblea es un factor decisivo para otras acciones. Pero tiene claro que no quiere pagar favores, de entregar ministerios o puestos en su Gobierno por financiamiento o apoyo en la campaña. Por eso asegura que el respaldo del Partido Social Cristiano, con el que participará en estas elecciones, no guarda acuerdos ocultos. Y en el financiamiento, “lo hacemos nosotros”. ¿Quiénes “nosotros”? “Financiamiento mío y de mi papá; máximo de los dos”, afirma.
Justo es uno de los problemas que ha visto. “Aunque suene trillado, es que las candidaturas presidenciales están hechas justamente para que la gente buena no se postule. Sales perdiendo bastante dinero porque el sueldo de Presidente no justifica lo que inviertes en una campaña, aparte que te ganas insultos en redes sociales...”.
Ese clima adverso lo tentó. Dice que se postuló porque siente que las cosas no están nada sencillas, y en momentos así “debes tener cierto nivel de valentía brutal”. La misma valentía, asegura, que tiene su binomio, la abogada y en su momento presentadora de noticias Diana Jácome. Con recorrido en varios medios de comunicación privados y estatales, y en roles en la función pública, se la vincula como un personaje simpatizante del correísmo.
Al apellido Topic también se lo asocia al gobierno de la Revolución Ciudadana, por un supuesto indicio de lavado de activos (Tomislav, su papá, afirmó que desconocía el origen de 13,5 millones de dólares que recibió Telconet de una firma china con vínculos con la brasileña Odebrecht, y los devolvió). Jan es tajante para referirse a los rostros de ese Gobierno: “Si la justicia ecuatoriana determinó que ese señor (Jorge Glas) es un corrupto, pues lo es. (...) Peor Rafael Correa, que ni siquiera está en el país”.
Es así como un exsoldado de guerra, que casi llega a ser Secretario de Seguridad, hoy es un inesperado candidato a la Presidencia. Inesperado para los demás; quizás para él era otra misión que debe cumplir.
