Los políticos tienen que dejar de diseñar el mundo perfecto desde un escritorio.
Hay por lo menos diez lecciones que acompañan estos tiempos difíciles.
Hay una constante en la vida del ecuatoriano: La presentación de nuestra cédula de ciudadanía.
La corrupción que percibimos es solo la punta de un iceberg.
Como ciudadano me duele que ellos, los poderosos, decidan cuándo se someten a la justicia.