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‘Aliados por Un Mundo Posible en el Deporte’ busca restaurar dignidad a personas desplazadas

ACNUR impulsa la coalición “Aliados por Un Mundo Posible en el Deporte”, que busca crear espacios de protección e integración para que estadios, canchas y clubes sean lugares seguros para ecuatorianos y personas refugiadas.

​​​​​​En conversación con Federico Agusti, representante de ACNUR en Ecuador, se reveló que las personas en situación de desplazamiento forzado enfrentan una de las transiciones más duras que puede atravesar un ser humano: la necesidad de empezar desde cero en un país desconocido.

Muchos llegan tras perder sus hogares, su trabajo y, en algunos casos, a familiares cercanos. En ese proceso deben adaptarse a entornos donde aún no pueden ejercer plenamente sus derechos, carecen de redes de apoyo y muchas veces enfrentan discriminación o rechazo.

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En respuesta, ACNUR impulsa la coalición “Aliados por Un Mundo Posible en el Deporte”, una iniciativa que busca crear espacios de protección e integración a través del deporte, a fin de que estadios, canchas y clubes se conviertan en lugares seguros donde ecuatorianos y personas refugiadas puedan encontrarse, reconocerse y construir comunidad.

“Cuando una persona desplazada vuelve a sentirse parte de un equipo, deja de ser vista solo por su nacionalidad y empieza a ser reconocida por su condición humana y su nombre”, afirma Agusti.

Organizaciones deportivas de alto nivel

​​​​​La coalición reúne a aliados estratégicos como la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Aucas, Universidad Católica, Huma Rugby, Fudela, Huaquillas FC y la Federación Ecuatoriana de Rugby, entre otros actores deportivos, que articulan y complementan actividades y mensajes junto al ACNUR en todo el país. Estos espacios deportivos son uno de los puntos de contacto con las comunidades desplazadas, proporcionando un entorno de confianza donde se promueve la igualdad y la convivencia pacífica.

El trabajo articulado a través del deporte ha permitido identificar casos de vulnerabilidad, fortalecer vínculos comunitarios y visibilizar el aporte de las personas refugiadas en distintos entornos sociales y deportivos. Además, a través de estos espacios, ACNUR y sus aliados han podido detectar situaciones de riesgo como violencia intrafamiliar, deserción escolar o discriminación, y activar rutas de protección junto a ministerios, municipios y organizaciones locales.

A nivel global, ACNUR mantiene una colaboración con LIV Golf, entidad que, además de apoyar de manera más amplia las actividades de deporte para la protección y otras iniciativas comunitarias, ha facilitado la introducción del juego del golf y sus metodologías en países como Ecuador.

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Disciplinas como fútbol, rugby, boxeo, kayak, béisbol y kicking ball se han convertido en herramientas de integración cultural y social en territorios como Pichincha, Guayas, Manabí, Lago Agrio, Tulcán, Esmeraldas, Ibarra, Otavalo y Huaquillas, demostrando que el deporte no solo une: también protege y reconstruye vidas.

La coalición invita a que más organizaciones deportivas se sumen a este movimiento, con el fin de seguir ampliando su alcance y brindar nuevas oportunidades a potenciales deportistas de diferentes niveles, promoviendo la dignidad humana a través de la práctica deportiva.

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