Han transcurrido dos décadas desde la primera edición de Vistazo dedicada al análisis de las mayores empresas del Ecuador. Esa edición abrió las puertas del conocimiento de sus actividades al gran público y a las propias compañías sobre su competencia, siendo este un conocimiento objetivo basado en las cifras que miden la salud empresarial, que hasta entonces quedaban como un secreto en las instituciones públicas.
Del análisis inicial de las 100 mayores empresas de la edición de 2003, hoy nos enfocamos en las 500 mayores empresas y las 500 empresas restantes, con lo cual abarcamos 1.000 compañías que son los pilares más importantes sobre los cuales se sustenta la economía del país. A diferencia de lo que dice un famoso tango, que “veinte años es nada”, veinte años es un largo camino para lograr transparencia y a través de cifras reales celebrar los éxitos y entender los fracasos.
Estas dos décadas han demostrado que las grandes empresas tienen como virtud principal la resiliencia: han sobrevivido y florecido a pesar de shocks externos como la pandemia del COVID-19, las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania y el aislamiento de China por su política de COVID cero y de los shocks internos como: irregular sucesión de gobiernos, levantamientos indígenas, y recientemente la penetración del crimen organizado. Además, las empresas han debido soportar también la inseguridad jurídica a través de cambios arbitrarios en leyes y disposiciones que emanaron de los gobiernos y organismos locales, algunos con un deliberado sello antiempresa privada.
El presente informe, es un testimonial de esa resiliencia, pues las ventas de 2022 crecieron en 18 por ciento con respecto al 2021, se pagó más impuestos y aumentaron las utilidades. Esa resiliencia nos da la esperanza también de que las mayores empresas continuarán generando empleo y riqueza para bien del país, a pesar de la ominosa presencia del crimen organizado y la inestabilidad política.
