Sharon Lane, una mujer estadounidense de 77 años, decidió cumplir un anhelo que había pospuesto por décadas: dejar atrás su vida en California para vivir a bordo de un crucero durante los próximos 15 años. Con sus ahorros de toda la vida, compró un camarote en un barco de larga estadía y se embarcó en una aventura que promete llevarla a recorrer el mundo, puerto tras puerto.
“Compré el camarote, vivo en el camarote y eso es todo. Y no tiene un final”, declaró a CNN Travel. Para Lane, la vida en altamar no solo representa libertad y felicidad, sino también una alternativa más accesible que los altos costos de vida en el sur de California. “Ya no tengo que lavar la ropa. No tengo que hacer la compra. Vivir en el barco es mucho menos costoso”, aseguró.
El crucero en el que reside ofrece una vida comunitaria completa: incluye alimentación, bebidas, conexión a internet, servicio de limpieza y lavandería, además de una amplia oferta de entretenimiento con artistas en vivo, cantantes, pianistas y bailarines profesionales.
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Sharon no oculta su entusiasmo por este estilo de vida. "Estar en la cubierta de un barco me hace feliz. Cuando haga buen tiempo, estaré en esa cubierta. Y cuando el tiempo no esté del todo bueno, me abrigaré y también estaré en esa cubierta, porque ese es mi lugar feliz”, cuenta emocionada. Para ella, el sonido del mar, la brisa y la posibilidad de compartir o simplemente leer un libro al aire libre son parte esencial de su bienestar.