Uno de las maratones más atípicos del mundo, y a la vez uno de los más duros, es el que cada primavera se disputa en un remoto tramo de la Gran Muralla, el paso de Huangyanguan, donde los corredores tienen que subir y bajar exactamente 5.164 escalones del monumento más famoso de China para saber quién es el mejor.
La carrera, que pese a su dureza tiene un aire muy festivo, disputó su XVI edición con 2.530 participantes de más de 60 países.
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