Ha pasado una semana del terremoto de 7,8º que afectó parte de la costa ecuatoriana. Aunque todavía persiste el temor ante las réplicas y la zozobra por un oscuro panorama ante la destrucción de edificios y viviendas, los ecuatorianos han sabido levantarse de esta difìcil situación.
Gestos como un donar una botella de agua o una ración de alimento, un acto de mimos y malabaristas en albergues o un emotivo reencuentro entre familiares fortalecen la esperanza de que pronto superaremos este triste episodio.
Fotos: Reuters