En Japón, como en muchos otros países, los pilotos de drones tienen que cumplir estrictas regulaciones que les impiden volar estos aparatos en ciertos lugares. Sin embargo, esto no fue un impedimento para que un grupo de drones iluminados con luces LED se tomaran los cielos para interpretar un espectacular ballet acompañado de tradicionales guitarras japonesa (shamisen) en el Monte Fuji.