Aimee Copeland fue atacada por una bacteria carnívora en el año 2012 tras saltar con una cuerda sobre el río Little Tallapoosa, ubicado a 80 kilómetros al oeste de Atlanta.
La cuerda se rompió y se hizo una herida profunda en la pantorrilla que requirió 12 puntos para ser cerrada, pero nunca cicatrizó. Al ser trasladada a urgencias, los doctores determinaron que estaba siendo atacada por una bacteria carnívora llamada "Aeromonas hydrophila".
El microorganismo le generó fallas orgánicas y su corazón apenas latía. Los cirujanos tuvieron que amputar sus manos, parte de su abdomen, una de sus piernas y un pie.
Tras un largo proceso de recuperación, Copeland logró pararse y caminar con sus prótesis. Su experiencia la ha transmitido a otras personas y se ha dedicado a la ayuda de gente con discapacidad.
La joven de 28 años decidió transformar su experiencia en una nueva oportunidad para vivir y ser feliz. A pesar de sus evidentes cicatrices, ella acepta su cuerpo tal como es y quiso mostrarlo en redes sociales.
"Me tomó mucho tiempo sentirme confortable y aceptar mi nuevo cuerpo. Todos tenemos imperfecciones y hay mucha belleza en nuestros defectos. Las cicatrices y la piel injertada te dan carácter. No es lo que tienes, es lo que haces con lo que tienes lo que realmente cuenta", escribió junto a la imagen.