‘A pesar de ti’ (Regretting You) es una historia profundamente humana que explora los lazos rotos y los intentos de reconciliación entre una madre y su hija después de una tragedia que cambia por completo sus vidas.
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La película, basada en la novela homónima de Colleen Hoover, nos introduce en un drama íntimo donde los sentimientos no se dicen en voz alta, pero se sienten con gran intensidad. Más que una historia sobre la pérdida o el arrepentimiento, la cinta se adentra en las contradicciones del amor familiar: ese amor que, aunque inquebrantable, muchas veces se expresa con torpeza, distancia y dolor.
El filme plantea un contraste entre dos etapas de la vida: la juventud impulsiva y la madurez contenida. Morgan (Allison Williams), la madre, representa la renuncia y la rutina; su vida se ha moldeado en torno a su familia, dejando atrás sus propios sueños. Clara (Mckenna Grace), su hija adolescente, encarna el deseo de libertad, el anhelo de sentir intensamente y la búsqueda de identidad fuera de la sombra materna. Esta diferencia generacional se convierte en el eje central del conflicto: ambas aman profundamente, pero no saben cómo comunicarse. La cinta acierta al no reducir esta tensión a simples discusiones familiares; en cambio, muestra cómo las heridas emocionales se acumulan lentamente, escondidas tras silencios y malentendidos cotidianos.
Uno de los aspectos más logrados es la forma en que aborda el duelo. Tras un accidente repentino, la vida de las protagonistas se desmorona y ambas quedan atrapadas en un torbellino de emociones que no saben manejar. Morgan intenta mantener la calma, ocultando su dolor bajo una fachada de control, mientras que Clara canaliza su tristeza a través de la rebeldía.
La pérdida se convierte así en un punto de quiebre: cada una reacciona de manera distinta, pero ambas enfrentan el mismo vacío. A través de planos cerrados y una fotografía cálida pero melancólica, el film transmite esa sensación de ahogo emocional que acompaña al duelo, donde todo parece conocido y extraño al mismo tiempo.
La dirección de Josh Boone, reconocido principalmente por ‘Bajo la misma estrella’, apuesta por un tono sobrio, sin caer en el melodrama fácil. La cámara observa a los personajes con una cercanía que revela sus vulnerabilidades, pero también sus contradicciones. No hay héroes ni villanos, solo personas tratando de entenderse en medio de la confusión. La banda sonora acompaña discretamente este proceso emocional: piezas suaves, casi imperceptibles, que realzan la intimidad de las escenas. En conjunto, estos elementos construyen una atmósfera introspectiva que invita al espectador a reflexionar sobre sus propias relaciones familiares y sobre las cosas que quedan sin decir hasta que ya es demasiado tarde.
Otro punto destacable es la evolución de Morgan. A lo largo de la historia, pasa de ser una figura rígida y sobreprotectora a una mujer que finalmente se permite sentir, equivocarse y perdonar. Su proceso no es inmediato ni sencillo; implica confrontar el pasado, aceptar los errores y reconocer que, aunque la maternidad transforma, no debería anular los deseos personales. Clara, por su parte, atraviesa una transición de la impulsividad a la comprensión. Su rebeldía inicial se convierte en una búsqueda de verdad y autenticidad. Ambas, a su manera, aprenden que amar no significa controlar, sino aceptar la imperfección del otro.
El guion, sin recurrir a grandes discursos, construye diálogos breves pero cargados de significado. Cada conversación entre madre e hija funciona como una batalla entre el amor y el resentimiento, entre el deseo de acercarse y la necesidad de mantener distancia. Hay momentos en los que el silencio dice más que las palabras, y esa contención es lo que otorga profundidad emocional a la historia. Los conflictos no se resuelven con una escena final de reconciliación forzada, sino con pequeños gestos que transmiten una verdad más real: la comprensión llega lentamente, a veces sin disculpas explícitas, pero con un cambio genuino en la mirada.
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En definitiva, ‘A pesar de ti’ es una película que no busca impactar con giros argumentales ni con escenas espectaculares, sino con la verdad de sus emociones. Es una historia sobre el perdón, no solo hacia los demás sino hacia uno mismo. El filme logra conmover sin manipular, emocionar sin exagerar, y recordarnos que la comprensión entre generaciones no se impone, sino que se construye con paciencia y sinceridad.