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Zapatos ecuatorianos, con un mercado cuesta arriba

viernes, 14 diciembre 2018 - 11:52
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Aproximadamente 31 millones de pares de zapatos fabricó el año pasado la industria ecuatoriana del calzado, una de las actividades de manufactura más importante del país por su aporte en la economía nacional.

Según cifras de la Cámara Nacional de Calzado (CALTU), las ventas anuales de la industria llegan a los 600 millones de dólares y generan alrededor de 100.000 puestos de trabajo.

En el país hay 5.800 establecimientos registrados como fabricantes de zapatos, la mayoría ubicados en Tungurahua, que representan el 80 por ciento de la producción, seguidos por los productores de Guayas, Azuay, Pichincha, Los Ríos y otras provincias, de acuerdo con datos del Observatorio Económica de la Universidad Técnica de Ambato.

A pesar de estas importantes cifras, la industria ecuatoriana del calzado no cubre toda la demanda del mercado interno, pues solo abastece el 73 por ciento, afirma Lilia Villavicencio, presidenta de la CALTU. El porcentaje adicional es atendido por el producto importado. Datos del Banco del Central señalan que el año anterior se importaron 7.189 toneladas de calzado, que sumaron 136,7 millones de dólares. Este monto representó un incremento del 23,8 por ciento en comparación con el 2016.

Para el presente año se estima otro aumento de las importaciones de calzado, pues entre enero y septiembre, las compras al exterior ya superaban las 4.400 toneladas, por un valor de 92,6 millones de dólares. “Varios son los factores que han incidido en este contexto, como el contrabando y el ingreso de calzado brasilero”, resalta Villavicencio.

Esta realidad genera preocupación en el sector ante la posibilidad de pérdida de empleo y afectación económica en los establecimientos, aunque algunas compañías registran una situación positiva en el presente año. Por ejemplo, Inducalsa registró hasta octubre pasado un crecimiento de aproximadamente un 5 por ciento en comparación con 2017. La empresa,  propietaria de la marca Bunky, cuenta en la actualidad con 252 empleados. Una realidad aún mejor experimenta Tecnocalza, cuyas ventas subieron un 20 por ciento con relación al año anterior.

Pero el balance general de toda la industria no es tan halagador, pues hasta las exportaciones cayeron.  Según el Banco Central, las ventas al exterior pasaron de 25,7 millones de dólares en 2015 a 18,4 millones en 2017. 

Desafíos del sector

Generar rentabilidad y la sostenibilidad de las empresas son los principales desafíos de la industria ecuatoriana del calzado. Por ello, la Presidenta de la CALTU destaca que los empresarios y artesanos del sector deben tener un compromiso por mejorar los temas de capacitación y asistencia técnica.

“Nuestro desarrollo de producto es positivo, pues al momento nos permite mostrar una oferta importante al consumidor que no le pide favor al producto extranjero, desde luego siempre se deberá innovar pero las estrategias ante este reto han sido asumidas por una cantidad de actores que buscan esa diferenciación con el conocimiento”, afirma Villavicencio.

Otro aspecto importante es la competitividad del sector. Ante esta situación, la CALTU señala que se requiere el apoyo del gobierno para reducir costos de producción,  combatir el contrabando y reducir la informalidad.

“La industria fortalecida genera empleo, trabajo, riqueza. Por ello es menester que el gobierno y el sector privado trabajen de forma conjunta en proyectos de una política industrial sostenida que mire ejes como innovación, tecnologías, talento humano, investigación y otros factores”, destaca la dirigente gremial.

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