Las exportaciones del Ecuador se han visto afectadas en los últimos meses por la contaminación de sustancias ilícitas en sus contenedores. El sector bananero es uno de los segmentos que más ha sido presa de esta modalidad.
Cerca de la medianoche de ayer, por ejemplo, agentes de la Policía Antinarcóticos de El Oro decomisaron 608 paquetes con cocaína escondidos en 30 cajas de banano, el cargamento tenía como destino el Puerto Bolívar.
Richard Salazar, director ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), alerta que, en el puerto de Amberes en Bélgica, Ecuador es el segundo país que más exporta droga después de Brasil.
El directivo insiste en que es necesario establecer una política de seguridad, a fin de evitar que los sectores productivos sigan siendo presa de organizaciones narcodelictivas.
Con el fin de alertar y prevenir a los productores
Acorbanec y el Clúster Bananero organizaron el webinar ‘Seguridad e inspección antinarcóticos’, el cual tuvo como ponente al Mayor Gustavo Gutiérrez, miembro de la Unidad de Investigación de Puertos y Aeropuertos de la Policía Antinarcóticos (UIPA), quien brindó a los participantes una serie de recomendaciones para manejar una carga segura y evitar que sus exportaciones sean intervenidas por un mal registro.
El especialista señaló que cada vez son más organizaciones narcodelictivas que están comprometiendo a las personas que trabajan en los puertos, para facilitar el ingresar de sustancias sujetas a fiscalización a las cargas exportables que
se trasladan a destinos como: España, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Holanda, Bélgica, EE.UU. Francia, Rusia y ahora Centro América.
Para disminuir los riesgos de que esto ocurra, Gutiérrez recomendó llenar en planta o finca la información correspondiente a la Autorización de Ingreso y Salida de Vehículo (AISV) con carga de exportación. Este registro –resaltó- debe ser elaborado correctamente por personas avaladas por los exportadores, un error en el registro pone en perfil de riesgo al contenedor o puede ser blanco para una inspección intrusiva total o de pre embarque.
El peso tara de la carga, es otro punto importante. Dentro de los criterios de análisis que la UIPA ha observado es que existe una gran cantidad de contenedores que son pesados al ojo y que distan de las balanzas de los puertos.
“Hay que calibrar las balanzas, a veces se pesa la caja de banano, camarón o pescado y se lo multiplica por el total de cajas que van a ser exportadas en el contenedor. Eso es un error porque siempre habrá una diferencia y el peso declarado no es igual al real, al momento de analizarlo es una alerta muy grande, por lo que se separa a los contenedores para inspección”, manifestó.
El Mayor Gustavo Gutiérrez
hizo un llamado a los exportadores a mantener una trazabilidad en sus registros y archivos, para que en caso de ser víctimas de contaminación de carga puedan sustentar con papeles los niveles de seguridad y el cuidado que la empresa tuvo al hacer los embarques.
“Es importante contar con personal responsable con conocimiento del manejo de la carga que represente a la exportadora al momento de la inspección”, recalcó.