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Cuenca ofrece experiencias rurales únicas

lunes, 24 octubre 2022 - 08:25
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Cuenca está llena de ‘pueblitos mágicos’. Su ruralidad es un contraste de historia, cultura, costumbres, paisajes únicos y gente amable que ha permitido promover el turismo en sus diferentes formas: comunitario, de proximidad y rural; todos enfocados en brindar nuevas alternativas a quienes buscan algo vivencial y grandes experiencias.

El turismo comunitario en Cuenca tuvo sus inicios en el año 2000. Eric Ochoa, director de proyectos de la Red de Turismo Comunitario Pakariñan, explica que esto surgió como una actividad que genere ingresos complementarios para la comunidad, con el aprovechamiento de sus recursos naturales y la revalorización de la riqueza cultural.

Antes de la pandemia este tipo de turismo tenía grupos fijos: turistas extranjeros y estudiantes universitarios, posterior disminuyó considerablemente, no solo dejaron de llegar los visitantes, sino la gente migró de las comunidades.

Ochoa dice que aquello hizo que la gente busque otras opciones como el turismo rural y el de proximidad, es decir, que la gente llegue, cumpla las visitas, sin la necesidad de convivir en comunidad o contratar paquetes turísticos.

La nueva realidad provocó que proyectos turísticos catalogados como comunitarios evolucionen y se adapten a las necesidades de los visitantes, de allí se origina el ecoturismo o turismo de aventura. Uno de ellos está en la parroquia Turi, el mirador de Cuenca, a seis minutos del Centro Histórico.

En esa localidad está el proyecto el Boquerón, a una altura de 3.070 metros sobre el nivel del mar. Es un mirador que permite observar la ciudad en toda su imponencia. Además, un lugar lleno de leyendas e historias que fue adecuado para caminatas, paseos en caballo y para degustar comida típica como el cuy o caldo de gallina.

Fabián Quito, técnico de turismo del GAD de Turi, comenta que en la parroquia se fomenta más espacios, sobre todo en los miradores de Icto Cruz, la Loma de Monjas y El Calvario, en donde se genera el turismo asociativo con la unión de la gente del sector, para ofertar servicios turísticos, bajo la consigna de conservación ambiental y el cuidado de tradiciones.

Algo parecido sucede en Nulti, a 10 minutos del centro cantonal, en donde se potencia sus sitios atractivos, como el Mirador de Jalshi, la Roca del Amor, las grietas del plateado, las tradicionales panaderías en hornos de leña, entre otros. Los pobladores que brindan servicios reciben capacitación para empoderarlos en la importancia del turismo para el desarrollo local.

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Otro lugar es San Joaquín, a 10 minutos del Centro Histórico. Sus pobladores, luego de la pandemia, vieron la necesidad del contacto de la gente con la naturaleza y activaron el turismo de aventura al aire libre, para que practiquen trekking, ciclismo de montaña y downhil (descenso en bicicleta), con zonas de alojamiento rústico y miradores naturales como el cerro Sagrarumi.

Esta nueva oferta se sumó a los principales atractivos, tales como el biocorredor Yanuncay – Soldados, el cerro Pallkarumi o más conocido como Pico de Pescado, la gastronomía del centro parroquial y las pequeñas fábricas de chocolate artesanal, manifiesta Pedro Padilla, presidente del GAD de San Joaquín.

Aquí, además los visitantes pueden relajarse en las aguas termales junto al río Yanuncay, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, realizar pesca deportiva e incluso parapente.

San Joaquín es reconocida por su comida típica como la carne asada y el chancho a la barbosa, algunos locales incluso cuentan con la certificación internacional al Producto Gastronómico de excelencia otorgado por la certificadora alemana TourCert en el año 2019.

$!Turistas extranjeros y nacionales disfrutan de las experiencias turísticas en Cuenca.

Otra parroquia que impulsó el turismo comunitario y que actualmente lo retoma es Tarqui, ubicada al sur de Cuenca; a más de las experiencias comunitarias se destaca el trabajo en la conservación de la fauna silvestre en el Zoo-Refugio Yurak Allpa, en la comunidad de Tañiloma, abierto todos los días, en donde se acoge a más de 200 especies, bajo el lema: rescata, rehabilita y libera.

La labor de Yurak Allpa, reseña su propietario, Alberto Vele, ha logrado reintroducir al hábitat a venados y águilas, por ello en los páramos de Quimsacocha se puede observar a estos animales.

El propósito es devolver a la naturaleza lo que corresponde y cuidar el entorno en lo alto de las montañas, encaminados a la educación ambiental de los visitantes, agrega Vele.

Rómulo Guzmán, presidente del Consorcio de Juntas Parroquiales, destaca que las 21 parroquias de Cuenca tienen sus propias características para ofertar a los visitantes; cada una cuenta con proyectos turísticos que presentaron a las entidades competentes para lograr una promoción más fuerte.

Más información del turismo en Cuenca en Revista Enfoque de octubre.

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