El quiteño Mauricio Cueva prepara su moto para su segundo Rally Dakar
Mauricio tiene 49 años, la sonrisa blanca y una pinta de atleta. Cada día gimnasio, crossfit y bici son indispensables para esculpir un cuerpo que las carreras han considerablemente afectado. A pesar de tener una dieta estricta y ejercicios funcionales Mauricio va por su cuarta operación de tibia y peroné, tiene placas de titanio en las piernas y artrosis en el hombro derecho.
“En mi primer Rally Dakar en el 2022 manejé 8.900 km en trece días, son doce horas diarias saltando en las dunas de Arabia recibiendo impactos en los lumbares y las piernas”, comenta el quiteño que a siete días de la llegada tuvo que ser infiltrado en las dos piernas porque no podía caminar.
“El Dakar siempre había sido un sueño desde que monté por primera vez en una moto siendo adolescente pero para lograrlo tienes que ser competitivo y clasificar con buenos resultados durante todo el año. Mi quinta posición en el rally de Marruecos me abrió las puertas al Dakar” asevera el motociclista que pudo hablar personalmente con David Castera, organizador de los dos rally africanos en los cuales participó.
“Castera me comentó que ya no quiere arriesgarse más con pilotos que no tengan una preparación óptima, es demasiado peligroso y costoso. Un piloto que se pierde o sufre un accidente involucra helicópteros, jueces, médicos y un sinnúmero de profesionales que ponen en juego el desarrollo de la competencia”.
El empresario caza-adrenalina
El quiteño se enamoró del motociclismo desde los 14 años compitiendo en motocross, enduro y scramble. Siempre supo que para crecer había que competir fuera del país.
Después de 35 años y un sinnúmero de victorias en Ecuador, México, Colombia, Chile y sobre todo en Argentina, tomó la decisión de cristalizar el sueño de una vida: participar en el Dakar. Llegó la pandemia y apenas pudo salir, compitió y logró clasificar.
¿Es cara la inscripción al rally? le pregunto ingenuamente. “Gasté 90.000 dólares entre inscripción, alquiler de moto, team de abastecimiento y mecánico”, me contesta sin asombro.
“Lo peor de todo es que cuando estás inmerso en el rally no cabe la más mínima duda que cada centavo que invertiste está reflejado en la organización de esta carrera fantástica”.
Mauricio tiene tantas anécdotas en su recorrida en Arabia que parece película. ¿Qué momento más disfrutaste? “Cuando estás solo en las dunas y te das cuenta que sabes interpretar la hoja de ruta y que tu cuerpo aguanta. Vivir un sueño te da una fuerza inimaginable. Con el dinero hubiera podido construirme una casa pero el Dakar siempre fue el objetivo de mi vida”.
Mauricio recuerda que en el 2019 había asistido al último Dakar en Sudamérica con su hija de 9 años. “Estaba en una camioneta y veía que los pilotos eran buenos pero sentía que podía dar pelea y me mentalicé que sí era posible”.
Sicólogo y co-gerente de una empresa familiar de combustible en Quito, Mauricio ya tomó otra decisión: correr el Dakar 2024 pero en la categoría “Originals”.
“Se trata de competir sin asistencia, arreglando tu mismo tu moto, durmiendo en campers... correr como los primeros motociclistas en el año 1978 cuando nació el Rally”.
Mientras tanto Mauricio está en Argentina participando de la 4ta válida Mundial de Rally Cross Country, Desafío Ruta 40. El día 30 de agosto ganó la tercera etapa. Parece que el sueño africano se volverá a cumplir...
