Los gemelos Edwin y Holger Quintero, formados en la academia de Independiente del Valle (IDV), llegarían al cuadro inglés una vez que cumplan los 18 años y puedan ser inscritos formalmente.
Son originarios de Esmeraldas, una de las cunas futboleras más prolíficas del Ecuador y donde, por coincidencia, nació Piero Hincapié, hoy figura del Arsenal, con quien no solo comparten raíces, sino el mismo proceso formativo en el club ecuatoriano.
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La apuesta de los “Gunners”, como se lo conoce al Arsenal, no es menor. Edwin y Holger son catalogados como dos de los talentos juveniles más prometedores de Sudamérica. Ambos con desempeños protagónicos en las divisiones menores de IDV y en la selección ecuatoriana sub-17.
Edwin es un zurdo acostumbrado a jugar como extremo derecho, destaca por su velocidad y regate corto. Le gusta encarar, superar a los rivales por la banda y entrar al área para asistir o definir. Mientras que Holger se mueve por dentro y entiende el juego desde la creación. Como mediocampista ofensivo diestro, aporta visión, lectura de espacios y precisión en los pases para superar a los defensas.
El acuerdo entre Arsenal e Independiente del Valle contempla un trabajo conjunto de seguimiento y desarrollo durante los próximos dos años. El club inglés supervisará sus evoluciones físicas, tácticas y emocionales, mientras IDV continuará puliendo sus talentos.
Para el fútbol ecuatoriano, la transferencia significa más que la llegada de dos juveniles a un gigante de la Premier League. Es un reconocimiento al modelo formativo que IDV ha construido en la última década. Así, igual que con los dos Quintero, antes traspasaron a Kendry Páez, al Chelsea inglés, y a Justin Lerma, al Borussia Dortmund de Alemania.
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Otro jugador que supuestamente ya traspasaron al Chelsea es el defensa central Deinner Ordóñez Corozo, aunque esta operación no ha sido oficializada por IDV ni por el club inglés.
La operación, como en todas las transferencias internacionales de menores de edad, quedó sujeta a los procesos regulatorios pertinentes. Pero el acuerdo abre la puerta para que dos jóvenes de 16 años se acerquen al sueño de jugar en una de las ligas más competitivas del mundo.