Esta especie de cabeza café que se caracteriza por su largos brazos y por ser el único primate que tiene cuatro dedos, está en peligro de extinción. Se estima que en el país existen tan solo 200 monos de este tipo viviendo en estado natural.
La deforestación, la caza, y el tráfico de animales serían las razones que desencadenaron esta realidad.
Natalia Fuentes, investigadora del proyecto, explica que
estos primates son importantes para el ecosistema. “Ellos se alimentan de frutos, grandes y pequeños, y como se mueven mucha distancia durante estos recorridos diarios, van dispersando estas semillas, al atravesar el tracto intestinal, la germinación se beneficia y es mucho más rápida. Entonces ellos benefician al equilibrio del bosque”.
Con el apoyo de grupos e instituciones como la Reserva Mashpi, el Centro de Rescate Jambelí, el Proyecto Washu y el Ministerio del Ambiente, se logró que los 24 monos araña fueran reintroducidos a su hábitat natural. Ahora,
su nueva casa será la reserva de biodiversidad Mashpi, ubicada en el noroccidente de la provincia de Pichincha.
“La reintroducción es traer a estos animales que han sido rehabilitados a un lugar donde lastimosamente fueron extintos, se acabaron de aquí de Mashpi”, comenta Felipe Alfonso, uno de los investigadores.
La mayoría de estos monos, que solo se encuentran en el Ecuador, han estado en cautiverio por varios años en el Centro de Rescate Jambelí, luego de ser recuperados en diferentes incautaciones.
El
primer grupo que será liberado está conformado por un macho y 6 hembras: Pipe, Pipa, Poly, Pao, Pale , Kiara y Killa. Para que puedan vivir nuevamente en libertad se necesitó de un proceso largo de rehabilitación.
“El Centro Jambelí había ya realizado este tipo de encierros que permite que los primates estén en un hábitat un poco más natural, son islas artificiales, la única barrera que existe es el agua. Están encerrados. Nosotros como proyecto Washu complementamos esto con simulacros antidepredatorios, porque necesitamos que ellos vuelvan a sentir que son primates. Tienen que sentir que hay depredadores, que hay una amenaza”, explica Fuentes.
La partida a su nuevo hogar se realizó desde el Centro de Rescate Jambelí, ubicado en el cantón Naranjal en Guayas, hasta el bosque protector de Mashpi, en Pichincha.