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Llamadas perdidas: cierran fábricas locales de celulares

jueves, 4 agosto 2016 - 08:00
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Nueve ensambladoras de teléfonos celulares que representan una inversión conjunta de casi 15 millones de dólares han cerrado y liquidado personal.

En menos de cuatro años el país vio el nacimiento, auge y deceso de la industria de ensamblaje de celulares que según el Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) era parte de “la política sustitutiva de importaciones y el Cambio de la Matriz Productiva”.

El cierre de una empresa siempre es doloroso, implica despedir a personal y en este caso, asumir pérdidas y enfrentar deudas aún por pagar. El empresario Henry Aguilar muestra con orgullo su pulcra fábrica en Cuenca, Hipertronics, que abrió en 2012 y llegó a emplear a 85 personas. “Montamos una planta inteligente, con ingresos automatizados, invertimos en viajes de nuestros profesionales a capacitaciones a China y en visitas de técnicos de allá”. Hipertronics llegó a producir 15 mil celulares al mes de la marca Grun y nunca llegó a su máxima capacidad de producción, de 45 mil teléfonos. Aguilar acaba de reunirse una vez más con personal del Mipro que ha ofrecido buscar soluciones, pero está seguro de que se dedicará a su negocio original de importación de celulares, donde no se arriesga tanto “pero tampoco se genera conocimiento”. “Los que nos metimos al ensamblaje queríamos ser pioneros, invertir en algo nuevo, fue una experiencia muy grata”. Ahora su principal preocupación es tratar de vender la maquinaria para recuperar algo del capital.

Nueve empresas de la Asociación de Ensambladores Electrónicos y Eléctricos del Ecuador han cerrado en los últimos tres meses, están en proceso de cambio de negocio o buscan mover su operación a otro país. Marcas de celulares ecuatorianos como Yezz, Verycool, Blu, se convertirán en objetos de colección y nostalgia, algo así como el descontinuado auto Andino que se produjo en los 70.

El colapso de esta industria incipiente ha causado el despido de unas 750 personas, dice el presidente de este gremio, Gabriel Garcés. Él mismo cerró la fábrica Desarrollo y Manufacturas Electrónicas Ecuatorianas DME S.A., en Quito, que tenía una inversión de 860 mil dólares y 122 empleados. “Si el día de mañana el Estado decide impulsar esto, el sector puede reaccionar inmediatamente porque están las plantas cerradas, las máquinas embodegadas y el personal capacitado para ensamblar, que ahora están en su casa”.

Encuentre un reportaje completo en la última edición de Revista Vistazo.

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