Muchas organizaciones penitenciarias intentan encontrar maneras de devolver a los internos a sus comunidades, mientras ellos realizan trabajos como cultivo de alimentos, fabricación de muebles y otras.
Este centro de detención realiza este trabajo de una forma particular. Todo se inició hace 21 años, cuando los empleados de Stock Island Detention Center (Florida) vieron cómo una familia de patos estuvo a punto de ser atropellada en la carretera que recorre el perímetro del centro y decidieron ampliar unos metros la valla y construirles un pequeño estanque.
Ellos fueron los primeros residentes de este santuario natural gestionado por personas en privadas de la libertad. Pronto la voz se corrió y a las instalaciones de este centro penitenciario comenzaron a llegar animales abandonados de todo el estado de Florida y, poco después, de todo el país.
Una de las guardias, la antigua bióloga marina Jeanne Selander, tomo la responsabilidad de cuidar del zoológico hace una década, para lo que decidió contar con un grupo de presos de confianza, todos con cierta experiencia en el trato de animales.
Selander, menciona que estaba nerviosa al principio, pero pronto se dio cuenta de los beneficios mutuos que tienen los internos y los animales. Entre los animales de este peculiar santuario, está el caballo ciego llamado Santo con el que la gente habla. "Es enternecedor ver como estos ´chicos fuertes´ crean un lazo con alguien que los necesita" dice Selander.
Este es el caso de Mike Smith, quien fue arrestado por un delito menor producto de la bebida. En la cárcel se le dio la oportunidad de reformarse y replantear su vida. Una vez dentro decidió participar de un programa de rehabilitación. Fue enviado para colaborar dentro de esta cárcel - zoo como cuidador.
Por aquel entonces únicamente había 25 animales. Hoy hay más de 150, la mayoría animales exóticos. La cárcel abre la granja dos veces al mes los cuales permite a los internos y visitantes interactuar con ellos.
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