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Fincas verticales una opción eficiente ante la crisis climática

viernes, 8 noviembre 2019 - 03:50
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Las fincas verticales, una forma de agricultura en ambiente controlado, puede ser una herramienta clave frente a la crisis climática y creciente demanda de alimentos porque garantiza una producción eficiente, pero enfrenta el reto de abaratar los costes de su infraestructura, dijo un promotor de esta tecnología.
 
"Este tipo de agricultura sirve para alimentar al futuro de la humanidad" de cara a dos escenarios concretos: "el cambio climático que daña los campos", y el hecho de que "el ser humano deberá aumentar un 70 % su producción de alimentos" para abastecer a los 9.700 millones de habitantes que se estima tendrá el planeta en el 2050, declaró el panameño David Proenza.
 
Proenza, presidente de la Fundación para el Desarrollo de la Agricultura y CEO de la empresa Urban Farms Global, pionera en el desarrollo de la finca vertical en América Latina, ha sido uno de los organizadores del III Congreso de Agricultura en Ambiente Controlado que se celebró hasta este viernes en la capital de Panamá.
 
Especialistas de agricultura espacial y de ambientes controlados de varios países, incluidos funcionarios de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) mostraron a los asistentes la importancia de las fincas verticales a nivel mundial.
 
Entre los temas tratados estuvieron la producción de alimentos bajo techo, fincas verticales, invernaderos, alta tecnología agrícola y agricultura urbana en todas sus formas, además de técnicas para producir en hidroponía, productos orgánicos, entre otros.
 
Proenza dijo que la agricultura en ambiente controlado "favorece el crecimiento óptimo de la planta", ya que se siembra en una finca vertical: una zona hermética donde el profesional puede dirigir la luz, humedad, temperatura y la cantidad de oxígeno.
 
El uso de esta nueva tecnología es una alternativa no solo ante las consecuencias de la crisis climática, ya que deja de depender de los factores ambientales externos, sino también para combatirla porque la producción agrícola tradicional genera gas de efecto invernadero.
 
"Una de las ventajas es que si controlas no dependes del clima exterior - lluvia, nieve o sequía- lo que te permite producir los 365 días al año (...) esto también posibilita incrementar y adicionar otra forma de producir alimentos, ya que tampoco se usan pesticidas", señaló Proenza.
 
Dentro de esta finca vertical se plantan "del piso al techo", varias semillas en bandejas agrupadas en estanterías. Uno de estos espacios puede tener una dimensión de 1.000 metros cuadrados, lo que equivale a 16 hectáreas en campo abierto.
 
"En vez de producir 16 hectáreas, que no las hay, puedes desarrollar una finca vertical por lo que se maximiza la producción de alimentos", explicó el experto.
 
Las fincas verticales también ayudarían a la economía de cada país, puesto que se recudiría el precio de los alimentos: "Además de combatir el cambio climático, ayuda a reducir los costes de producción del agricultor, con lo cual maximiza el rendimiento y la inversión al desarrollo de esta nueva forma de producir", añadió el organizador.
 
Sin embargo, esta nueva agricultura es un mercado en crecimiento y expansión. En América Latina, la única finca vertical que produce y vende los alimentos se encuentra en Panamá, a unos 90 kilómetros de la capital del país centroamericano.
 
Hasta ahora los únicos alimentos con rentabilidad que se han podido producir son la lechuga, hierbas aromáticas y fresas.
 
"El problema que hay por ahora es que el costo de las instalaciones es caro, y hay que producir alimentos económicamente rentable", aseveró. 

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