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El libro que marcó mi vida: Eliécer Cárdenas

domingo, 27 marzo 2016 - 10:16
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Eliécer Cárdenas (Cañar, 1950) empezó a escribir en la niñez, inspirado por las historias juveniles que leyó en “Corazón” de Edmundo de Amicis. A los 26 años escribió una de las novelas más importantes y leídas del Ecuador: “Polvo y Ceniza”. Hoy, con 65 años cumplidos ha publicado 15 novelas, cuatro libros de cuentos, cinco obras de teatro, y está por lanzar la segunda entrega de una trilogía. 

“Tenía casi ocho años cuando recibí de mi madre un precioso regalo. Era el libro “Corazón”, del italiano Edmundo de Amicis. Mi madre era profesora en un plantel en Cuenca, donde vivía mi familia. Me dijo que ya estaba en edad para comprender el diario del niño protagonista de la historia, Enrico.

Quedé maravillado al imaginar que un niño tan joven hubiera escrito un relato tan vivo, que contaba las experiencias en su casa y en su colegio. Entonces me vino la idea de que yo también podría llegar a escribir. Claro, a esa edad yo no diferenciaba entre la novela y la realidad. Desde entonces empecé a borronear unos primeros cuentos, pero debo decir que esta era una actividad secreta. A los 14 ó 15 ya tenía unos intentos de novelitas.

En realidad, el autor italiano, que vivió en el siglo XIX, escribió “Corazón” para difundir valores morales y un sentido de patriotismo a los habitantes de un país que llegaba a la modernidad. Es interesante ver que quien inculca los principios es la figura del papá del protagonista. Le envía cartas cuando quiere recriminarle su mal comportamiento. Hay una hermosa carta, en la que recalca la dignidad del trabajo. Es un mensaje de respeto a las clases sociales, especialmente a los trabajadores.

La obra está escrita en forma de un diario escolar, pero está intercalada con un cuento mensual, que supuestamente el profesor les pedía copiar a sus alumnos. Son verdaderas piezas sobre el patriotismo italiano. “El pequeño escribiente florentino”, “El pequeño patriota paduano”, “Sangre Romañola”, son algunos de los cuentos que recuerdo y que se refieren a regiones de Italia. Es impresionante el drama de la mujer que emigra hacia América, buscando oportunidades de vida, y pierde contacto con su familia. Su hijo inicia un viaje hacia Argentina; llega a Buenos Aires y descubre que ella no está ahí. Empieza un periplo; este es el argumento del cuento “De los Apeninos a los Andes”. Sobre este se han hecho adaptaciones posteriores.

Yo leía con admiración. No pensaba que iba a ser un escritor, pero terminé “Polvo y Ceniza” a los 26 años. Tuve lo que podríamos llamar una formación precoz y autodidacta, con lecturas de Eugène Sue (“Los misterios de París” y “El judío errante”), Hugo Wast (seudónimo de Gustavo Martínez Zuviría), Balzac, Gorki…

No hace mucho publiqué “Las Antiguas Mañanas”, una especie de novela negra o thriller sicológico sobre un grupo de muchachos anarquistas que, guiados por el profesor de música, liberan a un puma de un zoológico como una forma de protesta por el cautiverio animal. Ocurre una tragedia. Es la primera de una trilogía: la segunda es “Cabalgada Nocturna”, por publicarse; ahora estoy concentrado en “Tardes de Mar y Boleros”, la última parte”.

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