Fotos: José Dimitrakis
Este viernes 19 de agosto se inaugurará el Hospital de la Mujer Alfredo G. Paulson de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. La obra, que alcanza un costo de 55 millones de dólares, se gestó a partir de una donación del multimillonario financista John Paulson.
Las historias de filantropía se han repetido una y otra vez en Guayaquil. Alrededor de 1940, por ejemplo, luego del fallecimiento de Enrique Carlos Sotomayor, su viuda donó dos millones de sucres a la Junta de Beneficencia. Esa fue la semilla de la que germinó la primera gran maternidad del país que abrió sus puertas en septiembre de 1948 y donde desde entonces hasta hoy han nacido más de 1,6 millones de niños. Es decir que la mitad de los guayaquileños, incluido el actual Presidente de la República, vio la luz primera allí.
Sesenta y ocho años después el hospital gineco-obstétrico "Enrique C. Sotomayor" cerrará sus puertas. Médicos, enfermeras y algunos de sus más modernos equipos se mudarán 3,7 kilómetros, al norte de la ciudad. El nuevo edificio ha sido construido en un terreno de 43 mil metros cuadrados que triplica el área actual y que contará con una de las mejores infraestructuras hospitalarias de la región.
Integración. Uno de los objetivos de haber construido
el uno junto al otro, es lograr una sinergia entre el
Hospital de Niños Roberto Gilbert y el nuevo Hospital de la
Mujer Alfredo G. Paulson. Los une un túnel climatizado.
Durante todo este tiempo, la maternidad Sotomayor ha sido reconocida como un centro de formación de médicos ecuatorianos y en especial de ginecólogos y pediatras. Estudiantes de medicina desde los primeros semestres han acudido, primero a observar partos, luego a asistir a sus profesores y finalmente a tomar la batuta. “Cuando como estudiantes tenemos la posibilidad de descubrir la magia inconmensurable del primer soplo de vida humana es cuando nos enamoramos de la medicina”, relataba un futuro galeno en un blog. “Aquí se formó la Sociedad Ecuatoriana de Gineco-Obstetricia”, cuenta uno de los médicos residentes.
HOSPITAL DE LA MUJER
El nombre cambiará. A don Enrique Carlos Sotomayor y Luna, miembro de una familia propietaria de vastas haciendas cacaoteras en Los Ríos y quien había crecido entre Vinces, Guayaquil, Lima y París, se lo seguirá recordando. Pero el nuevo Hospital de la Mujer llevará el nombre del padre de quien donó los iniciales 22 millones de dólares, casi la mitad de los ladrillos.
Se llamará Alfredo Guillermo Paulson. Él nació en Guayaquil el 22 de noviembre de 1924 y fue hijo de Alfredo Paulsen Moulis, un migrante franco noruego y de la guayaquileña Zoila Andrade Flor. Alfredo, junto a su hermano menor Alberto, luego de la muerte de su padre, migraron a los Estados Unidos en 1940. Un año después, el gran país del norte se involucró en la II Guerra Mundial y Alfredo Guillermo, enrolado en el Ejército, fue destinado a combatir en Italia donde sufrió algunas heridas. En ese tiempo cambió su apellido de Paulsen a Paulson. De vuelta a Nueva York trabajó primero para la consultora Arthur Anderson y posteriormente para Ruder Finn, una empresa de comunicaciones, marketing y relaciones públicas. Falleció en julio de 2002 en Nueva York. Su hermano Alberto, en cambio, fue un actor de teatro en Broadway y participó en papeles secundarios en algunas famosas series de televisión como “Hawai 5-0” y “Combat”.
Modernos equipos. Termocunas inteligentes, habitaciones
cómodas equipadas para auxilios inmediatos, un sistema de
monitoreo de seguridad interna y externa con más de 200
cámaras, son algunas de las facilidades que ofrecerá el hospital.
El nuevo hospital se integrará a través de un túnel o skywalk con el ya quinceañero Hospital de niños "Dr. Roberto Gilbert". Juntos formarán el más grande complejo hospitalario del país que llevará el nombre de Alejandro Mann, un ingeniero civil alemán que a principios del siglo XX y en agradecimiento a la acogida que tuvo en Guayaquil, hizo una donación que permitió la construcción del primer hospital de niños que llevó su nombre.
La edificación levantada por la constructora Furoiani, tendrá cuatro pisos de hospitalización y uno de consultorios. El ala oeste funcionará como clínica privada. El concepto de Hospital de la Mujer es debido a la necesidad de brindar una atención integral de salud a las pacientes en edad fértil. Así, además de las propias como Gineco-obstetricia o Neonatología, se suman Cardiología, Endocrinología, Odontología, Hematología y hasta Oncología por eventuales afecciones cancerígenas. En total habrá capacidad para atender a 337 mujeres adultas y a 216 recién nacidos. Se han equipado 18 quirófanos y ocho salas de parto. Se espera que cada día, allí vengan al mundo entre 60 y 80 nuevos ecuatorianos. Cuatro de las salas de parto son más especializadas y se denominan Unidades de trabajo de parto, parto y recuperación. En todas hay camas especiales que permiten hasta siete posiciones que la parturienta podrá escoger a la hora de dar a luz. Todo el complejo estará monitoreado desde un centro de control que maneja 225 cámaras más una infinidad de sensores de temperatura en las diferentes áreas, que están además comunicadas con un sistema neumático –como en los autobancos– que permite, por ejemplo, enviar una muestra de sangre desde el cuarto piso al laboratorio en 30 o 40 segundos. Cuatro generadores de emergencia permitirán superar eventuales fallas en el suministro eléctrico externo.
Aunque para la construcción de este hospital también se ha contado con un aporte estatal marginal, es nuevamente la sociedad guayaquileña que siguiendo la tradición de más de un siglo se hace presente para el bienestar de la comunidad.