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Explosión cultural a orillas del río Tomebamba

miércoles, 1 noviembre 2023 - 19:43
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En medio de la celebración por las fiestas de independencia de Cuenca, dos proyectos culturales resaltan por su potencialidad de aportar al contexto local y nacional, cada uno de distinta naturaleza y en diferente estado de gestación.

El primero por su expectativa y proyección: otra universidad pública que le apuesta al arte y a la cultura como elemento esencial en su modelo de generación de conocimiento, como vía de contribución al desarrollo humano y como parte fundamental de su vínculo con la ciudad y sus pobladores. Epicentro Cultural es el nombre del proyecto inaugurado el pasado mes de junio por la Universidad de Cuenca para intervenir 5 casas patrimoniales: de los Arcos, Moreno, Vélez, Rivera y Pintado en el tradicional barrio del Vado. Esta ambiciosa propuesta, que planifica una intervención y resignificación de estos espacios patrimoniales para su adaptación al desarrollo de actividades culturales y artísticas, recuerda mucho a lo ya realizado por la Universidad de las Artes en Guayaquil con su centro de Innovación y Producción Mz14.

Entre los principales desafíos que deberá sortear la U. de Cuenca para consolidar su rol como promotor, innovador y facilitador de actividades culturales en su territorio están: i) el reconocimiento y conexión con los actores culturales y población locales para el diseño de nuevas propuestas, lo que supone evitar procesos de intervención forzada propios de la gentrificación; ii) la estabilización de un modelo de gestión y de financiamiento sostenible para los próximos años, lo que incluye sortear los pesados procesos administrativo-financieros característicos de las instituciones públicas y, iii) la conexión y fortalecimiento de la estructura universitaria dedicada a la cultura, las artes y las ciencias sociales, que permitirá generar propuestas de carácter inter y transdisciplinario para implantar raíces fuertes que lo blinden de los vaivenes característicos de la política universitaria.

Desde el Observatorio de Políticas y Economía de la Cultura de la Universidad de las Artes deseamos larga vida y toda la suerte a este refrescante proyecto, no sólo por lo que su desarrollo puede significar para la evolución de la cultura local y nacional, sino también porque su visión se asienta en el compromiso de la universidad con el bienestar ciudadano.

Por otro lado, pero en la misma orilla del río Tomebamba, tiene lugar el Festival de Artesanías de Américas (FAAM) en su vigésima primera edición, organizado por el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (CIDAP) que reúne a centenares de artesanos artífices en una feria que es sin duda uno de los mayores espacios de exhibición, intercambio y apoyo a sus economías.

La feria del CIDAP destaca por la calidad y variedad de la producción artesanal exhibida, por su esmerada curaduría de impecable atención y cuidado a los/las artesanos/as y por el volumen de público que año a año se congrega para visitar los stands en los que artesano/as nacionales y latinoamericanos exhiben sus conocimientos y habilidades, plasmados en objetos artísticos-artesanales cargados de tradición y de trabajo.

Los resultados de la feria son cada año más alentadores, puesto que, por ejemplo, en 2022, el FAAM generó un monto de millón y medio de dólares en beneficio de las artesanas y artesanos, lo que representa un incremento del 20% en relación al año precedente. Para estos creadores, esta feria es el sostén de sus economías anuales, y además es un espacio en el que se generan relaciones y transmisión de saberes esenciales para la innovación continua de sus mercancías. Cabe resaltar también las 375 mil visitas que la feria tuvo el año pasado, cifra que debería incrementarse para este 2023.

En este sentido, es necesario resaltar la importancia que el FAAM ha tenido ya por dos décadas cómo espacio de intercambios culturales y de sostenimiento del sector artesanal, el cual no ha sido incluido tradicionalmente entre las prioridades de las agendas gubernamentales.

No resulta menor señalar que a finales octubre, mediante una Circular del Ministerio de Finanzas común a todas las instituciones que reciben financiamiento público y a tan solo pocos días de la realización del festival, se dictaminaron medidas para reducir el gasto público que implicaron limitaciones en la contratación de bienes y servicios, comprometiendo con ello recursos previamente asignados, lo que puso en riesgo la realización de la feria. Ventajosamente, la labor titánica de un equipo comprometido y altamente técnico como el del CIDAP logró gestionar las dificultades y revertir la situación para inaugurar esta vigesimoprimera feria, que se realizará entre el 1 al 5 de noviembre.

¿Cabe preguntarse hasta cuándo las instituciones culturales y este tipo de iniciativas consolidadas estarán a la deriva de los antojos e ineficiencias de los políticos de turno? A decisiones intempestivas que ponen en riesgo las economías de miles de familias.

A pesar de estos contratiempos, Cuenca se ha constituido como uno de los polos de desarrollo cultural más importantes del Ecuador. Hay que ponerle mucho ojo a la dinámica de esta ciudad en la cual se conjugan impulsos públicos y privados interesantes, y en donde la capacidad de planificación y sostenimiento son indispensables. Para fin de año, se viene una nueva edición de la Bienal de Arte Contemporáneo de Cuenca, otro importante momento de efervescencia cultural de alcance nacional, y para 2024, el 4to Encuentro de Políticas y Economía de la Cultura del Observatorio de la Universidad de las Artes se realizará también en la ciudad.

Seguiremos conectados y atentos sobre el acontecer cultural en la capital del Azuay ¡Qué Viva Cuenca!

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