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Buscando la Neutralidad

Neutral en tema ambiental quiere decir que no hay una carga negativa sobre tus hábitos como persona. Que eliges a conciencia quitarle puntos negativos a tu vida a través de acciones positivas sostenibles.

22 abril 2022 - Opinión

Por Inés Manzano - Abogada y ambientalista

Hay libros, revistas, videos, publicaciones en redes, voceros, etc., que nos dicen cómo vivir en un entorno sostenible y ser más eficientes. Lo difícil no es leer, prestar atención, sino ejecutar o encontrar una vía ágil para hacerlo y no ser parte de un lavado de imagen o “greenwashing” que no solo lo tienen las empresas, sino las personas también: dicen ser verdes pero sus hábitos no lo son.

Esta columna hoy es para generar una guía rápida de reflexión y acción. Primero, la propuesta es aprender cómo ir hacia la neutralidad climática, y no digo de carbono, porque no es sólo el Co2 que nos está llevando al cambio climático, sino que hay otros gases que también son nocivos.

De hecho, la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, su famoso Protocolo de Kyoto, dieron la pauta limitando las emisiones de seis principales gases de efecto invernadero producidos por la actividad humana. Hablemos de cada uno de ellos:

El Dióxido de carbono (Co2) es ocasionado por el transporte, industria, generación de electricidad, agricultura, entre otras actividades; el metano (Ch4), que es producido por la ganadería, explotación de gas y petróleo; el óxido nitroso (N20) producido por actividades agrícolas e industriales, en la combustión de combustibles fósiles y residuos sólidos; el hidrofluorocarbono (HFC), perfluorocarbono (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6), son gases de efecto invernadero sintéticos que se emiten en diferentes procesos industriales. Todos afectan en diferentes medidas, todos son parte de nuestras actividades cotidianas.

Debemos tratar de reducir esa huella climática lo más que se pueda, y utilizar compensaciones de carbono para el remanente de emisiones. Esto las empresas lo entienden, invierten en mediciones, en plan de eficiencia y luego compensan. Pero, y ¿los ciudadanos? ¿Qué está en nuestras manos?

Para esto hay que conocer cuáles son las actividades humanas que más liberan estos gases de efecto invernadero: deforestación, uso de combustibles fósiles para industria, producción de energía, electricidad, fertilizantes, químicos, cemento; cambio de uso de suelo de bosques a expansión urbana o agrícola; transporte en carros, aviones, logística marítima y terrestre.

La actuación es en varios frentes. Como consumidores: comprar productos de alta calidad y durabilidad; buscar las ecoetiquetas; comprar productos locales y de temporada; reducir consumo de productos en envases plásticos -así sean reciclables-; escoger aquello que tenga menos empaque. Como residentes: ahorro de energía y agua, separar los residuos para reciclar; revisar fechas de vencimiento de los productos evitando el desperdicio de alimentos. Como conductores: limitar el uso del carro y planificar las salidas, usar videoconferencia, bicicleta, caminar o usar transporte público, chequear el aire de las llantas, ¡y más!

Una acción local diaria tiene un impacto planetario.

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