La supermodelo Bella Hadid, rostro icónico de la moda contemporánea, atraviesa una etapa de transformación personal. Con 28 años, Bella confiesa que su corazón y su futuro miran cada vez más hacia el deseo de formar una familia.
En una íntima entrevista para la edición de junio de Vogue británica, Hadid se mostró más humana que nunca. Habla con ternura de su sobrina Khai, hija de su hermana Gigi Hadid y del cantante Zayn Malik, y no oculta el anhelo que crece en ella por formar su propia familia. “Estoy deseando ser madre. Quiero ser esa persona en quien alguien pueda confiar cada día. Eso cambiará mi vida”, aseguró con emoción.
La modelo también expresó su admiración por su hermana mayor, a quien llama “una superheroína” por su forma de afrontar la maternidad. “Khai es lo mejor desde el pan de molde. Quiero ser la mejor tía para ella”, añadió con una sonrisa.
En el terreno personal, Hadid se encuentra en una relación con el vaquero Adan Banuelos, con quien comparte más que amor: también sueños. “Nuestro mayor sueño es tener un campamento de verano para niños. Hablamos mucho sobre lo que realmente importa. Él sabe que mi pasión es la filantropía”, confesó. Y aunque su vida está rodeada de glamour y lujo, Bella asegura sentirse constantemente “sobreestimulada” por el ruido de la industria. Su deseo es claro: dejar una huella real, más allá de los titulares y las alfombras rojas.
Pero la confesión más cruda llega cuando habla de su alter ego: “Belinda”. Ese personaje que inventó para sobrevivir en el exigente mundo de la moda. “Belinda mata. Puede estar llorando de 5 a 7 de la mañana, pero cuando llega al trabajo, tiene una sonrisa en la cara. Y lo supera”, dijo. “Es casi una máscara. Cuando llego a casa, estoy agotada. Soy un esqueleto”.
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Con estas palabras, Hadid muestra su lado más humano y comparte que, más allá de la pasarela, tiene el proósito de convertirse en un hogar junto a Adan Banuelos.