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¿Matrimonio de conveniencia entre la Conaie y Pachakutik? las razones de su sonado divorcio y la pugna indígena

jueves, 10 septiembre 2020 - 02:14
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La Conaie no llamará a votar por el candidato Yaku Pérez, propuesto por Pachakutik. Aquí explicamos las razones de este sonado divorcio.
 
Yaku Pérez toca un solo de saxofón. Melodía triste, sin más acompañamiento  que su melancólica tonada. Pasó casi  un mes desde que Pachakutik (PK) ratificara  que el azuayo era el precandidato para las presidenciales 2021. La Conaie le ha pedido irse  con su música a otra parte. Su primera opción  de binomio le dejó con la bata alzada. Al cierre  de esta edición anunció que su compañera a la  vicepresidencia será Virna Cedeño.
 
Mujer, guayaquileña, identificada por sus  postulados de izquierda: esos parecen ser los  atributos ideales para completar la armonía  electoral. Las cualidades las reúne la economista Martha Roldós. Ella le confirmó a Vistazo que recibió la propuesta de integrar el  binomio, pero declinó la invitación “porque  desde que inicié el proyecto Mil Hojas decidí  no aceptar candidaturas”.
 
La doctora Virna Cedeño es especialista  en biotecnología molecular aplicada al desarrollo sustentable. Completar el binomio no  es el único problema: quien encabeza la lista de asambleístas nacionales también dejó  la orquesta con los churos hechos. Se trata  de Pedro Bermeo, activista y cabeza del colectivo “Yasunidos”. “Declino mi candidatura  pues no comparto la misma línea ética y política de las personas con que estaría postulándome. Encuentro que estas listas no pueden  tener a figuras que representan lo contrario a  la justicia social y ecológica”, advirtió en una  carta pública, el 23 de agosto.
 
Sus críticas se enfilaban contra la escultora guayaquileña Larissa Marangoni, primera opción vicepresidencial de PK. Fue un  dúo efímero. Las redes sociales se encargaron de identificarla como representante de  la rancia derecha guayaquileña; detractora de las luchas indígenas; la calificaron de  neoliberal. Las principales objeciones al binomio presidencial provenían desde las filas  de la Conaie, organización que dio origen a  PK hace más de dos décadas.
 
Sendas Distintas
A inicios de los años 90, el movimiento indígena irrumpió en el panorama político, con  un discurso antisistema y la fuerza de un actor históricamente postergado. La Conaie  era la divisa de la organización. La narrativa cambió a mediados de esa década,  cuando se constituyó Pachakutik como  el “brazo político de la Conaie”. Un paraguas que abarcaba a representantes de  trabajadores, movimientos sociales, ecologistas, y que empezó a buscar cargos de  representación a través del voto popular.  Con resultados modestos en las urnas, si  se miden las presidenciales 2006 y 2013,  cuando obtuvo el dos y el tres por ciento de votos, respectivamente. En 2017,  cuando Paco Moncayo se abanderó como  el candidato del espectro de la izquierda,  logró algo más del seis por ciento de votación a favor de esa alianza.
 
Lourdes Tibán, exasambleísta por  PK, explica a Vistazo que la organización tiene una larga tradición de democracia interna: elige sus candidatos  a través de primarias, antes de que el  Código de la Democracia (vigente desde 2009) instituyera esa figura.
 
La dirigente indígena desmiente que  haya un divorcio entre Conaie y Pachakutik: “No hay división. Los tres candidatos,  Yaku Pérez, Leonidas Iza y Jaime Vargas son de la Conaie, como también de Pachakutik; pero hubo errores en la convocatoria a inscripciones, inicia el proceso pero  con un solo candidato, estableciendo una  forma de votación por cantón, mientras la  Conaie pedía que los pueblos votaran. La  convocatoria, para mí, debía llamar a votar  a todos los adherentes de PK en el país; pero  por el tema COVID-19 no se pudo hacer  y esto limitó la participación”.
 
Divorcio
No obstante, Pablo Dávalos, economista  y asesor de la Conaie, confirma la ruptura  con PK. “El Código de la Democracia creó  requisitos para establecer maquinarias  electorales”, explica a Vistazo. “Las bases  intentaron hacer primarias, pero hay una  distancia entre las bases y la construcción  burocrática del partido”. Cita al sociólogo alemán Robert Michels, autor del libro “Los partidos políticos, un  estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la democracia moderna”.
 
“Hablamos de la dictadura de un partido”, dice. “Es  una paradoja pero la única  organización que asume las  elecciones primarias en forma real casi se rompe y esto  demuestra que el código no está hecho para que se tomen decisiones  democráticas, sino para que una estructura decida”. El problema radica en que  antes del Código, había afiliaciones colectivas, pero éstas desaparecieron para dar  paso a militancias individuales.
 
“La resolución de la Conaie es no participar en elecciones 2021, no apoyar, no llamar al voto a favor de Yaku, éste es -stricto sensu- el sentido del pronunciamiento”, explica Dávalos. Y anticipa que luego del proceso electoral, la “Conaie intervendrá en Pachakutik para evitar que siga convirtiéndose en trampolín de candidatos de derecha”.
 
Yaku Pérez, mientras  tanto, defiende la suya como una propuesta que trasciende las líneas de la izquierda dogmática. La  participación de las mujeres, la ecología, la defensa  del agua, esas son las melodías que solitario entona. 

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